“Ha nacido una estrella: Elon”, dijo Donald Trump en un largo saludo a su mayor donante al proclamar su victoria en la carrera presidencial estadounidense el miércoles por la mañana.

La victoria de Trump marca el comienzo de una nueva era para Musk, que ya es la persona más rica del mundo con una fortuna de US$ 260 mil millones, cuya apuesta en una elección estadounidense muy tensa dio sus frutos, ya que se convertirá en uno de los asesores políticos y comerciales más influyentes del presidente. 

El papel prometido por Musk como jefe de un nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental le dará al multimillonario amplios poderes para recomendar recortes profundos a lo que él considera una “vasta burocracia federal… que frena a Estados Unidos en gran medida”.

Musk también ha prometido defender la desregulación y ganará influencia sobre la política estadounidense en materia de Inteligencia Artificial, exploración espacial y vehículos eléctricos, todos sectores en los que tiene un interés personal a través de su liderazgo en xAI, SpaceX y Tesla. 

De hecho, en las primeras horas de este miércoles, la acción de Tesla se disparaba 15% previo a la apertura de los mercados en Nueva York.

“Es un personaje, es un tipo especial, es un supergenio”, dijo Trump sobre Musk el miércoles. “Tenemos que proteger a nuestros genios, no tenemos tantos”.

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Más temprano esa noche, Musk publicó una fotografía de él mismo llevando un lavabo a la Oficina Oval, una referencia poco convencional a una foto similar que tuiteó cuando ingresó a X justo antes de adquirir la plataforma de redes sociales por 44 mil millones de dólares en octubre de 2022. 

Otra imagen del martes lo mostró acurrucado conversando con Trump en una fiesta de la noche de las elecciones en Mar-a-Lago en Florida con la leyenda: "El futuro será tan [emoji de fuego]". 

Rol en la campaña

Musk , que se declara un “absolutista de la libertad de expresión” y que dijo haber votado anteriormente por Joe Biden, Hillary Clinton y Barack Obama, se ha inclinado marcadamente hacia la derecha en los últimos años. Se alineó con la campaña de Trump en temas como la inmigración y la regulación, el desagrado por los medios tradicionales y lo que él llamó la política “consciente”. 

Musk apoyó públicamente a Trump horas después de que sobreviviera a un intento de asesinato el 13 de julio y dedicó cada vez más tiempo y recursos a su reelección. Aportó más de US$ 100 millones al pro-republicano America Pac, organizó asambleas públicas en estados clave como Pensilvania y regaló un millón de dólares diarios a los votantes que firmaron su petición a favor de la libertad de expresión. 

El día de las elecciones, trasladó en autobús a los centros de votación a los votantes amish que no podían conducir. Musk ha obtenido un enorme retorno de esa inversión: la victoria de Trump y la adición de miles de millones a su patrimonio neto mientras las acciones de Tesla subían casi un 13% en las operaciones previas a la apertura del mercado el miércoles. 

En los meses previos a la votación, Musk utilizó su propio megáfono —X— como propietario de la cuenta y la más popular, con más de 200 millones de seguidores. Inundó la plataforma con mensajes a favor de Trump, acusaciones de fraude electoral y advertencias de que Kamala Harris destruiría a Estados Unidos si ganaba la Casa Blanca. 

En el transcurso de 24 horas del martes, tuiteó casi 200 veces, según un análisis del Financial Times, acumulando alrededor de 955 millones de visitas, después de promediar más de 100 publicaciones al día en el mes previo a la votación.  

Durante una entrevista con la personalidad de los medios conservadores Tucker Carlson el martes por la noche, Musk dijo: “Mi filosofía es jugar, jugar para ganar, y no a medias”.  

Los críticos han argumentado que Musk ha inyectado sesgo en los algoritmos de la plataforma y ha amplificado las narrativas de extrema derecha y las teorías conspirativas con poca o ninguna evidencia, al mismo tiempo que ha reducido sus capacidades de moderación y verificación de hechos. 

Algunos han advertido que Musk se convirtió en uno de los mayores proveedores de desinformación y conspiraciones electorales en el período preelectoral, impulsando, por ejemplo, denuncias de posible fraude electoral. 

Un análisis realizado por el grupo de verificación de datos PolitiFact de 450 publicaciones de Musk en las primeras dos semanas de octubre encontró una gran cantidad de desinformación, que recibió casi 679 millones de visitas y más de 5,3 millones de "me gusta".

Influencia con X

Pero la campaña electoral de Musk ha recibido elogios del círculo íntimo de Trump y de sus aliados tecnológicos libertarios, que sostienen que su extraordinaria intervención ha reforzado las voces republicanas y aportado transparencia a la política. 

En un podcast del martes, Donald Trump Jr. dijo: “No creo que esta carrera estuviera siquiera reñida si no fuera por lo que Elon Musk está haciendo con X y mostrando a la gente lo que está pasando”. 

Shaun Maguire, socio de la firma de capital de riesgo de Silicon Valley Sequoia Capital y partidario serial de Musk y Trump, escribió en X: “El punto de inflexión fue la compra de Twitter por parte de Elon”. 

El jefe de X podría traer consigo a la Casa Blanca un elenco de aliados de Silicon Valley, entre ellos el inversor tecnológico y podcaster David Sacks y Palmer Luckey, cofundador de la start-up de tecnología de defensa Anduril, a quien ya le está haciendo promesas. Musk respondió a Luckey sobre X que era “muy importante abrir el Departamento de Defensa/Intel a empresas emprendedoras como la suya”, refiriéndose al Departamento de Defensa y los servicios de inteligencia de Estados Unidos. 

Los inversionistas también apuestan a que las propias empresas de Musk saldrán beneficiadas. El analista de Wedbush Daniel Ives dijo que incluso si Trump, un conocido escéptico respecto de esta tecnología, retirara los subsidios a los vehículos eléctricos, “Tesla tiene una escala y un alcance inigualables en la industria de los vehículos eléctricos y esta dinámica podría dar a Musk y Tesla una clara ventaja competitiva en un entorno sin subsidios”. 

Incluso antes de que se conocieran los resultados de las elecciones, Musk dejó en claro que desempeñaría un papel activo en la política estadounidense durante los próximos años.

Durante una sesión de preguntas y respuestas transmitida en vivo mientras volaba en un jet privado desde Texas para ver los resultados con Trump en su residencia de Florida, Mar-a-Lago, Musk se comprometió a seguir financiando su America Pac, sea cual sea el resultado. 

El jefe de X dijo que el grupo de lobby “apuntará a influir fuertemente en las elecciones intermedias” en 2026 y buscará influir en las elecciones a nivel de fiscal de distrito y judicial en todo el país. “Hay que hacer algo para contrarrestar el daño que [George] Soros ha causado al sistema estadounidense”, dijo Musk, en referencia al multimillonario financiero que es un destacado defensor de causas liberales y progresistas. 

“Tenemos que tener fiscales que protejan a los ciudadanos de sus ciudades. Es una locura que tengamos tantos fiscales que no persigan los delitos”.

Mantenerse en la política

En la transmisión en vivo, Musk detalló sus planes para un puesto como líder de un Departamento de Eficiencia Gubernamental (al que ha apodado Doge en referencia a la moneda token que promueve en X) en una segunda administración de Trump. 

El jefe de Tesla dijo que quería recortar una "vasta burocracia federal [que] está frenando a Estados Unidos de manera importante". 

“Haremos una revisión exhaustiva de todas las agencias gubernamentales... hay mucha responsabilidad duplicada, en la que varias agencias tienen carteras superpuestas”, dijo Musk. 

“Hay mucha gente que trabaja para el gobierno y simplemente necesitamos trasladarla a funciones más productivas en el sector privado”. 

Musk dijo que los recortes se harían de una “manera humana” y planteó la idea de pagar a los empleados del gobierno durante dos años mientras buscan nuevos empleos. También dijo que quería ver límites de mandatos impuestos a los burócratas y una amplia gama de reglas reducidas significativamente. 

“Queremos que haya regulaciones, pero que sean necesarias. Lo comparo con los árbitros en el campo. No queremos que no haya árbitros, pero tampoco queremos que haya más árbitros que jugadores”, dijo. “Eso es una locura”.