¿Castillo o Fujimori? Los escenarios que abre la elección presidencial del domingo para el crecimiento de Perú

A días de que los peruanos acudan a las urnas para elegir entre Pedro Castillo y Keiko Fujimori para presidir el país, el ánimo parece estar marcado por la incertidumbre y la polarización. Si bien las convulsiones políticas no son nuevas en la nación, la elección de este domingo parece ser “un proceso único en la historia moderna del Perú”.

Así define el panorama el exministro del Trabajo, Jorge González Izquierdo, quien explica que los comicios entre Ollanta Humala y Fujimori en 2011 son lo que más se asemeja a la situación actual. Pero, en ese entonces, no se planteaba un cambio al modelo económico como el que postula Castillo.

El momento del debate no es nada trivial, pues la economía crecería 8,5% este año, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), luego de un inédito desplome de 11,1% en 2020. Hacia 2022, la entidad estima que el crecimiento se moderaría a 5,2%, mientras que en 2025 y 2026, el alza sería de 3,3%.

Para algunos el crecimiento está condicionado a quien triunfe en las urnas, siendo cuánto y cuándo las grandes interrogantes.

El director del Área de Economía de la Escuela de Dirección (PAD) de la U. de Piura, Juan José Marthans, explica que cuando haya transcurrido un año de la nueva administración se sabrá “realmente en qué va a aterrizar la misma y cuál va a ser el impacto efectivo sobre la dinámica económica y financiera de Perú”.

En su escenario base, estima que entre 2023 y 2025 la expansión del PIB sería de al menos 5%. “Detrás de las sombras a nivel político, hay mucha posibilidad de si no hay un cambio sustancial en la estructura del modelo de Perú, las cosas sigan yendo bastante bien”, dice, y advierte que “si el cambio es extremo, la cosa puede ser evidentemente muy en picada para Perú”.

Para González Izquierdo, si Fujimori triunfa y se mejora el sistema actual, podría subir el crecimiento económico y otros indicadores sociales. Pero, con Castillo, alerta que “nos iríamos a un despeñadero” en los últimos dos años y medio o tres de su gobierno. En los primeros 12 a 18 meses, defiende que la situación no se derrumbaría.

Para el socio de Macroconsult, Elmer Cuba, el impacto podría ser inmediato. Con “cualquier presidente neutral en lo económico, Perú estaría rebotando fuertemente”, gracias al favorable entorno internacional y al proceso de vacunación, dice. Pero, agrega que un triunfo de Castillo pone esto en duda, y que los dos meses entre su elección y el cambio de mando generarían “mucho estrés” a la economía.

Cuba afirma que el 90% del plan de gobierno de Castillo no se podría aplicar por el bajo apoyo en el Congreso, por lo que explica que la única forma de poner en marcha su programa sería cambiar la Constitución.

Resiliencia pasada

Luego de la llamada “década perdida” de 1980, en la que Perú creció solo 0,7% -calcula González Izquierdo en base a cifras del FMI-, en los 90 el país logró un alza de 3,2% al año en promedio. En la década siguiente la expansión media subió a 5% -de la mano del boom de las materias primas-, y desde 2010 el salto promedio anual se moderó a 4,5%, estima el economista.

En las últimas dos décadas, la economía peruana mostró “un nivel de resiliencia extraordinario”, dice Marthans, y recuerda que ante la salida del expresidente Fujimori en 2000 o la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski en 2018, el país siguió creciendo, algo que borró el Covid. Lo político“ha impactado, pero en ningún caso logró generar recesión en el caso peruano”, señala.

A juicio del decano de la Facultad de Economía y Finanzas de la Universidad del Pacífico, Carlos Casas, la economía y la política han ido en “rutas paralelas” en Perú, pero advierte que esto podría cambiar, no solo por la elección presidencial, sino por la alta división en el Congreso.

“Si no hubiera cambio de la Constitución ni del modelo económico, yo sí creo que la política va a empezar a generar más problemas a la economía, porque en este momento tenemos un Congreso desatado”, dice, y precisa que esto apunta al “populismo” que ha avanzado en el Legislativo. “Ese ritmo que tenemos ahora, así no cambiemos la Constitución, va a continuar. Eso puede deteriorar el entorno macro y puede empezar a afectar las decisiones económicas”, alerta.