La Organización Mundial del Comercio
(OMC) considera en su último informe que las economías en desarrollo
y transición son las que están amortiguando la desaceleración del
comercio mundial.
En 2006 el comercio global creció el 8,5%. Según las
evaluaciones preliminares de la OMC, en 2007 el comercio mundial
aumentó el 5,5% y para 2008 se espera un ascenso de solo el 4,5%.
Una subida que podría ser aún menor "ya que la fuerte
desaceleración económica que están experimentando países
desarrollados importantes sólo se ve compensada en parte por la
continuación de un vigoroso crecimiento en las economías
emergentes", reza el informe de la OMC.
El debilitamiento de la demanda en las economías desarrolladas en
2007 redujo el crecimiento económico mundial del 3,7% al
3,4%.
En cambio, en las regiones en desarrollo el crecimiento fue
próximo al 7%.
A pesar de la fuerte desaceleración en los países desarrollados,
las economías en desarrollo y la Comunidad de Estados Independientes
(CEI) mantuvieron o aumentaron su crecimiento de la producción,
aportando en 2007 más del 40% del aumento mundial de la
producción.
De hecho, el año pasado, la participación de los países en
desarrollo en el comercio mundial de mercancías alcanzó un nuevo
récord del 34%.
"El brusco aumento de los precios de los productos básicos
-particularmente los combustibles y metales- se tradujo en una
importante mejora de la situación financiera de la mayoría de las
regiones en desarrollo e impulsó las importaciones", reza el texto.
Por otra parte, los economistas de la institución internacional
advierten de que las turbulencias financieras en los países
desarrollados "han ensombrecido las perspectivas del comercio
mundial en el 2008".
De hecho, se prevé que en los mercados desarrollados el
crecimiento económico sea del 1,1%.
En contraposición, los estudios indican que los países en
desarrollo crecerán por encima de un 5% y tendrán un
aumento de las importaciones superior al 10%.
El texto indica que a pesar de la disminución de la demanda en
los países desarrollados, el alza de los precios de los productos
básicos ayudó a sostener las perspectivas de crecimiento a corto
plazo en la mayoría de las regiones en desarrollo.
"Además, en los últimos años ha disminuido sensiblemente la
dependencia de esas regiones respecto de los mercados desarrollados
para sus exportaciones y ello debería limitar los efectos negativos
del descenso de la demanda de importación en los países
desarrollados".
Según las principales proyecciones, si se pudieran resolver con
rapidez las convulsiones de los mercados financieros y limitar sus
efectos en la economía real, la producción mundial podría crecer un
2,6% y producirse una expansión del comercio mundial
próxima al 4,6% en cifras reales, es decir, descontada la
inflación".