Los ministros de Finanzas de la OCDE
intentaron transmitir hoy el mensaje de que lo peor de la crisis
financiera ya ha pasado y que los precios de las materias primas,
que han provocado presiones inflacionistas, no deberían de seguir
aumentando a corto plazo.
En su declaración final al término de dos días de reunión, los
ministros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE) reconocieron, sin embargo, que el enfriamiento del
mercado de la vivienda va a continuar en la mayor parte de sus
países miembros.
Pusieron el acento en que la resistencia de la economía mundial a
los choques que ha sufrido en los últimos meses ha sido "mejor de lo
que se podía esperar", y que en los mercados financieros "la
situación ha mejorado desde marzo", aunque las actuales condiciones
del crédito están restringiendo la inversión.
Los ministros de Finanzas atribuyeron la resistencia de sus
países miembros a la crisis financiera y al encarecimiento de las
materias primas, en particular el petróleo, a las reformas
estructurales y a las políticas macroeconómicas llevadas a cabo en
los últimos años.
La embajadora española ante la OCDE, Cristina Narbona, consideró
que lo más positivo del análisis de la organización es que "lo peor
ha pasado", y coincidió también en el diagnóstico de que a España lo
que más le afecta es la caída del mercado inmobiliario.
Narbona repitió, como ya lo había dicho ayer en París el ministro
español de Economía, Pedro Solbes, que no comparte las previsiones
económicas de la OCDE sobre España, que calcula que su crecimiento
se limitará al 1,6% este año y al 1,1% en 2009.
Los ministros de Finanzas del conocido como el "Club de los
países desarrollados" constataron que la fuerte demanda procedente
de las economías emergentes es un factor que ha contribuido al
encarecimiento de las materias primas, pero esa misma demanda
también es un apoyo a la actividad en sus propios países.
Manifestaron preocupación por las presiones inflacionistas y
algunas indicaciones a partir de expectativas sobre que la tendencia
podría ser creciente.
Convinieron en que hay que prestar atención a los desequilibrios
de las balanzas fiscales, especialmente donde persisten esas
presiones inflacionistas, y continuar con las reformas
estructurales.
Subrayaron la necesidad de una mayor apertura de los mercados
agrícolas, industriales y de los servicios, y por eso pidieron un
esfuerzo para cerrar el proceso negociador de la Ronda de Doha de la
Organización Mundial del Comercio (OMC) con un acuerdo "ambicioso y
equilibrado".
"En el actual contexto de incertidumbre económica y turbulencia
en los mercados, el comercio internacional puede aportar una
importante contribución al crecimiento global y al desarrollo, y
ayudar a largo plazo a responder a retos globales como la reducción
de la pobreza y el cambio climático", argumentaron.