El senador de Illinois está más cerca de ser el candidato
del partido demócrata, tras su victoria de ayer en Carolina del Norte, aunque
Hillary Clinton, que venció en Indiana, seguirá en la carrera hacia la Casa
Blanca.
Es tiempo de elecciones en EEUU y la participación puede
resultar decisiva para que el próximo presidente del país sea azul (demócrata)
o rojo (republicano). Los empresarios, conscientes de la importancia histórica
del actual cambio en la Casa Blanca, llaman al voto a los ciudadanos.
Este cartel está colgado de la torre de oficinas Times
Square, situada en la plaza del mismo nombre, en Nueva York. De momento, John
McCain es el único candidato nominado y será el cabeza de lista del partido
republicano en las elecciones del 4 de noviembre. Los demócratas todavía deben
elegir entre Barack Obama y Hillary Clinton.
Ayer Carolina del Norte e Indiana celebraron primarias. Eran
los dos últimos grandes estados que faltaban por pronunciarse antes de que
finalice el proceso, el próximo 3 de junio. Obama ganó en Carolina del Norte,
tal y como estaba previsto, y está en cabeza, con 28 victorias, frente a los 18
triunfos de Clinton. El senador de Illinois, no obstante, ha perdido
popularidad y apoyo en las últimas semanas, después de una absurda polémica en
torno al pastor Jeremiah Wright.
Clinton venció en Indiana, pero con una diferencia mínima. A
pesar del triunfo de la senadora en Indiana, Obama está muy cerca de ser el
nominado demócrata, a falta de seis primarias. Ni aunque Clinton venciera en
todas las primarias restantes, las reglas demócratas, que reparten los
delegados de cada estado en función de los votos obtenidos, impiden que Clinton
pueda recortar la diferencia, salvo una debacle brutal de Obama, que parece
poco probable.
Las victorias de Obama en Carolina del Norte y de Hillary,
en Indiana, crean una situación preocupante para el partido demócrata, con un
electorado dividido y polarizado. Obama ha vencido en un estado dominado por la
población negra y Clinton, en un estado dominado por los trabajadores con pocos
estudios y recursos económicos escasos (white collar).
El candidato que consiga la nominación puede tener problemas
para unificar al electorado. De momento, el partido demócrata ya ha empezado
una campaña publicitaria propia, sin Obama ni Clinton, para combatir la
candidatura de McCain, que es el gran beneficiado de la guerra entre los
demócratas.