Los ministros de Finanzas y
Hacienda de América Latina manifestaron hoy su preocupación por los
impactos que tendría una desaceleración de Estados Unidos en los
precios de las materias primas, una de las principales fuentes de la
bonanza económica que vive la región.
Aunque Latinoamérica está mejor preparada para afrontar la
embestida de la turbulencia financiera, los principales responsables
de las finanzas de la región opinaron, durante la 49 Asamblea Anual
del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que hay razones para
empezar a angustiarse.
América Latina tiene ahora una mayor integración con la economía
estadounidense y una inestabilidad de EE.UU. podría afectar a las
naciones que más intercambio mantienen con este país.
Una posible caída de los precios internacionales de los productos
básicos es otro de los factores que pudieran opacar el optimismo
mostrado en cuanto al crecimiento económico de entre 4% y 4,5% para el 2008.
Cerca de dos puntos del 5,6% del crecimiento económico
de las siete mayores economías en el último quinquenio son
consecuencia de un contexto externo favorable, dijo Luis Alberto
Moreno, presidente del BID.
"Nuestras deliberaciones tienen lugar en momentos en que el
contexto económico internacional es incierto y que muestra claros
signos de desaceleración", expresó Agustín Carstens, secretario de
Hacienda de México, en la segunda plenaria de la asamblea.
Tras asegurar que su país "sorteará el entorno negativo" por las
medidas económicas implantadas, pidió al BID jugar un papel
proactivo para respaldar las políticas economías que los gobiernos
de cada país consideren llevar a cabo, frente al deterioro del
contexto internacional.
César Barreto, ministro de Hacienda de Paraguay, dijo a Efe: "Sí
tenemos preocupaciones, hay incertidumbre respecto hasta dónde puede
llegar el impacto, especialmente por el lado del precio de las
materias primas".
Explicó que en la medida en que se transfiera el efecto de la
crisis al mercado de las materias primas "obviamente eso tendrá un
impacto general en la región".
No obstante, afirmó que la mayoría de los países de la región
están preparados para soportar un impacto mayor al que se ha
registrado hasta ahora porque todas las políticas fiscales son
sólidas en todos los países.
"Eso incide en que la política monetaria tenga una capacidad de
reacción mucho mayor que en años anteriores", precisó.
Su colega de República Dominicana, Vicente Bengoa, advirtió de
los impactos negativos que tendrían los países del Caribe y de
Centroamérica.
"Hay incertidumbre y preocupación por tres factores: la
desaceleración de la economía estadounidense, los altos precios del
petróleo y las consecuencias de desastres naturales", dijo.
En el caso de su país afirmó: "República Dominicana siente
amenaza con los logros obtenidos".
En el Caribe y Centroamérica la crisis repercute
significativamente en el "desenvolvimiento económico por el alto
grado de integración con la economía estadounidense", agregó.
Óscar Iván Zuluaga, ministro de Hacienda de Colombia, también
expresó preocupación.
"Sí, tenemos las preocupaciones que, obviamente, tiene el efecto
de una caída en la economía, pero somos razonablemente optimistas de
que esto se va a superar y que se están tomando las decisiones que
se necesitan", aseguró.
Preguntado sobre si siente tranquilidad tras escuchar hoy al
secretario del Tesoro de EE.UU., Henry Paulson, sobre las medidas
que ha tomado este país, respondió afirmativamente.
"Uno ve que tienen una visión clara y muy consciente sobre el
efecto y el impacto que representa esto para la economía mundial",
declaró a periodistas.
Zuluaga, asimismo, dijo que hasta el momento "Latinoamérica sale
bien librada de esta turbulencia externa, por supuesto, cada país
tiene sus particularidades".
"En el caso de Colombia con suficiente anticipación hemos hecho
nuestros ajustes en materia de crecimiento económico. Creo que en
general es un buen momento para probar que América Latina está mejor
preparada. En el caso de Colombia esperamos salir muy bien librados
de esta turbulencia externa", destacó.
Luis Alberto Moreno, por su parte, advirtió de que en una
coyuntura de desaceleración "los déficits podrían volver a aflorar y
los gobiernos verían reducidas sus opciones de políticas".
La Asamblea de Gobernadores, integrada por los ministros de
Finanzas y de Hacienda de los países miembros del BID, es la máxima
autoridad política y administrativa del organismo multilateral.