Gobierno volverá a negociar con agricultores en Argentina
Tras dos meses de conflicto, las partes reanudarán el diálogo en busca de una solución.
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El gobierno y las patronales
agropecuarias de Argentina confirmaron hoy que mañana volverán a
sentarse a una mesa de negociaciones, después de más de dos meses de
conflicto por la presión fiscal sobre el campo.
Ante los insistentes pedidos formulados por varios sectores para
que se reanude el diálogo, el Ejecutivo convocó hoy a las
autoridades de las cuatro mayores entidades rurales del país a una
reunión en la sede del Ministerio de Economía.
El encuentro, previsto para el jueves por la tarde, contará con
la participación del jefe del Gabinete, Alberto Fernández, y el
ministro de Economía, Carlos Fernández, manifestó el primero de
estos funcionarios.
"Vamos a ver si podemos comenzar a hablar en serio y solucionar
los temas que a todos nos interesan. Ellos tienen una propuesta
nuestra de agenda que nunca fue tratada y allí están todos los
temas", declaró Alberto Fernández a la emisora local Radio Diez.
El presidente de la Sociedad Rural, Luciano Miguens, consideró a
su vez que "es urgente" retomar el diálogo y dijo que "el campo está
esperando una solución", en una muestra de que la convocatoria era
aguardada con expectativa por el sector.
De todos modos, Miguens ratificó a Radio Continental que el
próximo domingo las entidades agropecuarias llevarán a cabo un acto
en la ciudad de Rosario, 300 kilómetros al norte de Buenos Aires, al
que concurrirán los principales dirigentes de la oposición.
En las últimas horas confirmaron que asistirán al mitin los
líderes de la conservadora Propuesta Republicana, la Coalición
Cívica (de centroizquierda) y la centenaria Unión Cívica Radical,
segunda fuerza parlamentaria del país.
Las patronales del campo, que reúnen a unos 290.000 agricultores
en uno de los países con mayor producción y exportación de
alimentos, concluyeron hoy una huelga comercial que consistió en no
comercializar granos con destino a otros países.
El conflicto había estallado el 11 de marzo último, cuando el
Gobierno impuso un esquema de impuestos móviles a las exportaciones
de soja, girasol, trigo y maíz, que los productores rurales tachan
de "confiscatorio".
Después de tres semanas de huelga y bloqueos de carreteras que
causaron desabastecimiento y encarecimiento de alimentos, el sector
rural declaró una tregua de un mes, pero reanudó las protestas ante
la falta de disposición del Ejecutivo a revisar el incremento de las
retenciones.
Las autoridades no han confirmado ni desmentido que esta cuestión
será abordada en la reunión prevista para mañana, mientras que las
patronales del campo no se cansan de repetir que si no se discute el
tema fiscal, volverán al paro.
En sus conversaciones anteriores, las partes habían acordado
algunas medidas relacionadas con el sector del trigo y la industria
cárnica que hasta ahora se han puesto en marcha parcialmente y
generaron quejas del campo.
Tras formular duras críticas a las asociaciones agropecuarias y
llamar "piquetes de la abundancia" a las protestas del sector rural,
en los últimos días la presidenta argentina, Cristina Fernández, ha
evitado referirse directamente al conflicto.
"En este camino de reconstrucción de nuestras instituciones, a
aquellos que creen que se puede debilitar a un proyecto económico y
político atacándolas les vamos a demostrar que no tienen ni la
fuerza, ni el coraje, ni la valentía para vencer al pueblo
argentino", enfatizó hoy la mandataria al pronunciar un discurso en
el noreste del país.
El conflicto con el campo se ha convertido en uno de los
principales desafíos para la administración de la peronista
Fernández, quien en diciembre pasado recibió el poder de manos de su
marido, Néstor Kirchner, quien gobernaba desde 2003.
Según distintas encuestas y analistas, la popularidad de
Fernández ha descendido en las últimas semanas, principalmente por
la actitud intransigente que adoptó la gobernante cuando comenzaron
las protestas del campo.
Argentina es el primer exportador mundial de girasol, el segundo
de maíz, el tercero de soja y el cuarto de trigo, y ocupa también
puestos de relevancia en el comercio global de derivados (aceites y
harinas) de estos granos.