Por Peter Spiegel en Bruselas
La Unión Europea obtendría poderes más amplios para reescribir los presupuestos nacionales de los países de la eurozona que infrinjan las reglas de deuda y déficit, según las propuestas que se discutirían en una cumbre esta semana, según un borrador visto por Financial Times.
Las propuestas son parte de un plan ambicioso para convertir a la zona euro en una unión fiscal más estrecha, dando más poderes a Bruselas para servir como Ministerio de Finanzas de los 17 miembros de la unión monetaria. Las medidas están contenidas en un informe que será presentado en la reunión, que también delinea planes para una unión bancaria y una unión política.
Berlín ha demandado fuertes controles a los presupuestos nacionales como un prerequisito para mutualizar la deuda soberana dentro de la zona euro y las propuestas parecen ser un esfuerzo para apoyar un movimiento hacia bonos emitidos de forma común por la eurozona (o eurobonos).
Dentro de los planes para una unión fiscal más cercana, la Comisión Europea presentaría ajustes detallados para un país que incumpla sus compromisos. Los cambios serían sometidos a votación de todos los otros países de la Unión Europea.
Pese a que los ajustes presupuestarios serían descritos como una “propuesta”, la Unión Europea tiene fuertes herramientas nuevas para castigar a los países que no adopten esas propuestas, incluyendo la imposición de elevadas multas.
Las medidas superan los planes presentados por la comisión el año pasado, que dio a Bruselas el poder de revisar los presupuestos antes de que fueran presentados a los parlamentos nacionales, pero no la autoridad para dictar cambios. Los cuatro coautores, Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo; José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea; Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo; y Jean-Claude Juncker, presidente del eurogrupo de ministros de Finanzas de la zona euro, se reunieron ayer para revisar el borrador.
Además de dar nuevos poderes a Bruselas, el borrador incluye una propuesta que demanda a los gobiernos de la eurozona que acuerden colectivamente sus niveles de deuda y los “límites superiores” de sus presupuestos nacionales de forma anual. Si un país necesita aumentar su endeudamiento, sería forzado a recurrir a otros gobiernos de la zona euro para su aprobación previa.