El fabricante de ampolletas Bridgelux es exactamente el tipo de compañía que Barack Obama tenía en mente cuando remarcó durante su mensaje del Estado de la Unión la importancia de la innovación en ganar puestos de trabajo para los trabajadores. Un fabricante de ampolletas que utiliza diodos que emiten luces de bajo poder, es parte de una ola de compañías formadas en Silicon Valley en los últimos años especializadas en tecnologías verdes, como energía alternativa, nuevas formas de almacenamiento y conservación de energía y vehículos eléctricos.
Sin embargo, la mayoría de las personas que hacen los productos de Bridgelux están ubicadas en Asia y la compañía está considerando trasladar su personal restante en EE.UU. hacia afuera del país, según Bill Watkins, el director ejecutivo.
Al garantizar acceso a mercados locales grandes, países como China han trabajado más duro que EE.UU. para atraer nuevas industrias como ésta, dice Watkins. Los incentivos están también siendo ofrecidos para trasladar trabajos de investigación y desarrollo a Asia.
La experiencia de compañías como Bridgelux apunta a un dilema para EE.UU. mientras enfrenta lo que Obama llamó momento sputnik. Las universidades del país aún lideran en muchas áreas de investigación básica, y el sistema de emprendimiento de Silicon Valley continúa siendo la envidia de otros países.
Pero es probable que la mayoría de los trabajos que resultan de la innovación estadounidense sean creados en otros lugares, la mayoría en Asia, comenta gente vinculada a la industria tecnológica y no es sólo el trabajo de ensamblaje de bajo valor lo que está en juego. Silicon Valley, aunque resalta en el mercado laboral de California, ha visto un crecimiento lento del trabajo desde la recesión, según Russell Hancock, presidente de Joint Venture Silicon Valley Network, la que representa a los empresarios, al gobierno y a otros intereses de la región. Es probable que los altos costos eviten incluso que las compañías más exitosas contraten a más personas a nivel local.
Menos empleo en EE.UU.
Extraordinariamente los productos de alto valor todavía van a provenir de EE.UU., pero estas compañías no van a emplear a muchas personas aquí, acota Michael Moritz, socio de Sequoia Capital.
Contra esos antecedentes, el foco de Obama de estimular la innovación fue bienvenido en general en la industria de la tecnología, incluso si el efecto en las perspectivas de trabajo es incierto.
El énfasis del presidente en la necesidad de mejorar la infraestructura de la nación, junto con el gasto en investigación básica y mejoras en la educación, pueden pagar dividendos a largo plazo, dice John Seely Brown, del centro de investigación de Xerox en Silicon Valley. Realmente tenemos que volver a construir cosas. No podemos sólo diseñar cosas. Vincular el gasto en investigación básica con grandes inversiones en infraestructura física y digital apunta a un nuevo tipo de economía del siglo 21 que todavía nos tiene construyendo cosas.
Algunos emprendedores de Silicon Valley dicen que el modelo para el tipo de manufacturas de alta tecnología que puede funcionar en EE.UU. ya existe. Los rumores de la desaparición de la industria manufacturera de EE.UU. es exagerado, opina Elon Musk, director ejecutivo Tesla Motors, un ambiciosa PYME californiana de autos eléctricos que recibió un préstamo de US$ 465 millones del Departamento de Energía.
La batalla está concentrándose en la energía solar. Una industria que alguna vez fue vista como una brillante esperanza en EE.UU., ha cambiado rápidamente a Asia: este mes Evergreen Solar dijo que cerraría una planta en Massachusetts después de menos de tres años, con la pérdida de 800 puestos de trabajo, y que movería la producción a una nueva planta en China.