Por Robin Harding y James Politi
Washington
Predecir una recesión en EEUU por una caída de 0,1% en el PIB del cuarto trimestre es un poco como esperar lluvia porque alguien arrojó un balde de agua por la ventana.
El consumo, las empresas y la construcción, las áreas claves de la demanda privada, estuvieron sólidos y en conjunto sumaron 2,7 puntos porcentuales al crecimiento. Eso sugiere que el panorama del clima económico aún luce bastante claro. La mayor parte del daño provino de dos categorías famosas por su volatilidad: inventarios y gasto de defensa. Cada uno restó 1,3 punto porcentual a la expansión total.
Es improbable que esto continúe, pero es una advertencia de lo que podría pasar a la economía si el Congreso decide tirar agua por la ventana cada mes, vía recortes de gasto automáticos que deben entrar en vigor a fines de febrero.
A menos que el Congreso pueda acordar su reemplazo o suspensión, el 1 de marzo entrarán en vigor recortes por US$ 1,2 billón (millón de millones) a lo largo de una década, y la mitad afectará el presupuesto del Pentágono.
Como el cuarto trimestre del año calendario marca el primer trimestre del año fiscal, el Pentágono tenía razones para gastar con cuidado, especialmente al saber que el ajuste podría recortar fuertemente su presupuesto.
“Saben que habrá grandes recortes en el futuro, es mucho más fácil extenderlo a lo largo de todo el año fiscal”, señaló Mark Zandi de Moody’s Analytics.
La cifra del gasto de defensa proviene de las declaraciones mensuales de efectivo publicadas por el Tesoro. Muestra los flujos hacia diferentes departamentos gubernamentales.
Estas cifras lucen bastante normales, pero la Oficina de Análisis Económico hace varios ajustes cuando calcula el PIB. Por ejemplo, extiende los pagos de pensión a lo largo del año en las cuentas nacionales. Hacer eso esta vez reveló menor gasto en áreas como operaciones, compras e investigación.
La reducción de dos guerras en Medio Oriente y el impacto de recortes de presupuesto ya definidos también pueden haber dañado el gasto en defensa. Pero hasta ahora hay evidencia mixta de que esto haya tenido un importante efecto expansivo en el sector privado. Chad Moutray, economista jefe de la Asociación Nacional de Manufactureros, señala que esto tomará un giro aún más negativo si los recortes se convierten de amenaza en realidad.