Por Richard McGregor, Washington
El gobierno de Obama prepara un cambio de gabinete en lo que probablemente sea una agenda de segundo mandato expandida para el comercio y la economía internacional. El gobierno ya tiene dos grandes negociaciones comerciales en ruta este año.
EEUU y la Unión Europea planean anunciar en marzo el lanzamiento formal de las negociaciones para un acuerdo comercial bilateral.
Además, EEUU y países de Asia apuntan a acordar la Asociación TransPacífica (TPP) en septiembre, antes de una cumbre regional en Indonesia.
En las próximas semanas, Obama designará a un nuevo representante comercial y también al jefe del Departamento de Comercio, que cubre la promoción de exportaciones y la administración de normas comerciales.
El vicepresidente Joe Biden, que concluye hoy una gira de cinco días por Europa, intenta determinar si EEUU está cómodo con el nivel de compromiso político en la UE con las negociaciones.
Ambas partes han hablado extensamente sobre cómo enfocar las negociaciones, que han pasado de simples aranceles a temas más complicados de regulación doméstica.
EEUU y la Unión Europea “quieren estar seguros de haber preparado las mejores condiciones para la negociación”, dijo Joao Vale de Alemida, embajador de la UE en Washington. “adie quiere meterse en esto y frustrarse”.
El TPP también enfrenta obstáculos, como ir más allá de los actuales socios en negociación (sureste asiático más Canadá y Australia) para incluir Japón.
Japón es la segunda mayor economía de Asia después de China, pero su agenda comercial está paralizada por el lobby proteccionista agrícola.
La industria automotriz de EEUU, a pesar de la presencia de muchas plantas niponas en el país, tiene reservas sobre las implicancias del TPP para más importaciones de Japón.
En todo diálogo con la UE y Asia, un factor es el auge de China. Un acuerdo transatlántico es vendido en ambos mercados como forma de fijar normas comerciales para una gran parte de la economía global de manera que China estaría bajo presión para seguirlas. “Creo que un acuerdo UE-EEUU tiene muchos beneficios más allá del comercio”, dijo David Rothkopf, de la revista “Foreign policy”.
De la misma forma, el TPP trata de reunir a las economías regionales de Asia en un acuerdo que China difícilmente firmaría.