Por A. Van Duyn, D. McCrum y R. Cookson
El Tesoro de Estados Unidos perderá en unos meses al mayor comprador de su deuda. Y los inversionistas ya se preguntan qué pasará cuando la Fed deje de ser el principal adquirente de bonos del gobierno norteamericano. ¿El final de esta segunda ronda de compras de activos mediante emisión monetaria (conocida como QE2) cambiará la dirección de los mercados financieros?
Las opiniones varían sobre cuál será el impacto sobre el rendimiento de los bonos, el mercado de acciones y otros activos riesgosos, como la deuda del mercado emergente y los llamados bonos basura, que en los últimos dos años han obtenido ganancias espectaculares.
Los inversionistas que creen que la actual recuperación “con riesgo” se vio impulsada por el enorme flujo de liquidez proveniente de los banco central temen que removerlo tenga efectos muy negativos en los mercados porque los inversionistas harán cambios bruscos para ajustarse al cambio de marcha.
“Me ha sorprendido la magnitud del alza de los precios de los activos y las ondas de la segunda emisión monetaria rebotaron en todos los mercados de capitales”, comentó Robert Arnott, presidente de Research Affiliates, firma de gestión de inversiones. “Cuando se detenga la emisión de dinero, desaparecerá una gran fuente de estímulo. El fin del QE2, si no hay una tercera ronda, podría provocar recesión y un retroceso en los mercados de riesgo”.
Pero hasta ahora, los precios no reflejan tal escenario. De hecho, los datos de empleo de marzo, publicados el viernes, fueron mejores de lo previsto, lo que respalda la opinión de los inversionistas que apuestan a que la recuperación de EEUU es autosustentable y que puede continuar aunque se retire el estímulo monetario.
Esas mejoras económicas, los aumentos en la inflación, y un cambio potencial en las expectativas sobre cuándo podría la Fed elevar las tasas de interés oficiales influyen más en los rendimientos de los bonos que las compras de la Fed, aseguran algunos analistas.
“Es probable que el fin de las compras de deuda del Tesoro por parte de la Fed sólo provoque incrementos sostenidos en sus rendimientos si conduce a una re-evaluación del panorama para las tasas de interés en el corto plazo”, opinan los analistas de Capital Economics.
En contraste, algunos inversionistas de peso como Bill Gross de Pimco salieron de la deuda del Tesoro anticipándose a un aumento de los rendimientos y un descenso de los precios.
Por supuesto que la liquidez del banco central no es el único factor que ha hecho subir los precios, en particular en los mercados de acciones. Las acciones subieron porque las ganancias y los márgenes de las empresas mejoraron de modo espectacular, mientras que el dólar débil (debido a las bajas tasas de interés estadounidenses) ayudó a que las compañías norteamericanas generaran utilidades en sus operaciones internacionales.
Sin embargo, quienes son optimistas sostienen que el factor QE2 no puede ignorarse. “(El fin de la QE2) es uno de los pocos argumentos pesimistas que tienen cierta validez”, comentó Laszlo Birinyi, fundador de Birinyi Associates.
Otro impacto de la menor liquidez podría sentirse en los niveles de demanda por bonos nuevos. Las ventas de bonos basura y de bonos de mercados emergentes llegaron a cifras récord en los últimos dos años, por ejemplo. Si bien muchos inversionistas no esperan otra ronda de emisión monetaria, si la Fed se embarca o no en otro programa es aún tema de feroz debate. Mucho dependerá de los indicadores económicos.