El anuncio hecho por Amazon de sus planes para comenzar la entrega de paquetería por medio de vehículos aéreos no tripulados (VAT) provocó respuestas muy diferentes, desde aquellas que aplauden el espíritu innovador hasta aquellas que ridiculizan la idea como un exagerado ardid publicitario.
Y en ninguna parte se notó más esta polarización que en la propia industria de “drones”, mientras los defensores y vendedores de vehículos aéreos no tripulados se preparan para otra ronda de presión sobre los reguladores a principios del próximo año.
Jeff Bezos, director ejecutivo de Amazon, calcula que los VAT podrían hacer entregas de paquetes ligeros a las puertas de los hogares estadounidenses en 4 ó 5 años.
A Dustin Boyer, un empresario de San Francisco, la idea le resultó familiar. El año pasado lanzó la idea de un “tacocóptero” que haría entrega de comida rápida por medio de drones. Aunque algunos calificaron la idea como un engaño, Boyer insiste en que la idea está “flotando” en espera de que se aclare el entorno normativo. Hoy tanto el tacocóptero como los planes para “Prime Air” de Amazon son ilegales en EEUU, así como todo uso comercial de drones.
“Lo que muchos no perciben es que esto es increíblemente viable desde la perspectiva del modelo de negocios,” dice Boyer. “Amazon va a ganar mucho dinero . . . Los drones por sí mismos no son tan caros, y cada día se vuelven más baratos. Puedes entregar (paquetes) mucho más rápidamente y a un costo marginal inferior”.
Amazon tuvo que anunciar la iniciativa de los drones mucho antes de su lanzamiento, agrega Boyer, porque si no lo hacía, alguna compañía logística o algún rival del Internet como Google les habría ganado la idea.
“El uso comercial de drones es una tecnología interesante y seguiremos evaluándola,” dijo UPS. Google ya está probando automóviles sin conductor – un reto técnico más difícil que los vehículos aéreos auto-dirigidos – y los rumores en Silicon Valley sugieren que su laboratorio secreto “X” también está trabajando en algún tipo de tecnología de drones voladores. Por otra parte, se dice que una nueva compañía australiana está planeando realizar entregas por medio de drones en los campus universitarios para inicios del próximo año.
Sin embargo, Jonathan Downey se muestra cauto respecto a la idea de Amazon. Como director ejecutivo de Airware, que desarrolla “cerebros” auto-dirigidos para drones, dice que el uso de los VAT para entrega de paquetería es más apropiado para lugares remotos en África que para áreas densamente construidas.
“Definitivamente creemos que va a existir la entrega por medio de drones,” dice el Sr. Downey. “Si son libros o si es por parte de Amazon es de lo que no estoy seguro, sin duda en los próximos tres o cuatro años”.
Airware trabaja con el Instituto de Tecnología de Massachusetts y la Fundación de Bill y Melinda Gates para entregar medicinas y vacunas por medio de drones en regiones remotas, con un programa piloto de una pequeña red de vehículos planeado para el próximo año. “Estas son cuestiones de vida o muerte,” dice, y viables solamente en un par de años porque hay muy pocas personas en situaciones de riesgo.
Incluso los partidarios del plan de Bezos admiten en principio que sería difícil ponerlo en práctica.
“Es un concepto poderoso, pero se encuentra en la encrucijada de los dos retos más difíciles en el mundo actual de los drones: una tecnología confiable de “sentir y evitar” y la aprobación para vuelos autónomos sobre personas o áreas densamente construidas,” dice Chris Anderson, director ejecutivo de 3D Robotics, que recaudó $30 millones en septiembre para expandir su fabricación de drones de aplicaciones personales a comerciales. Como algunos otros, Anderson tiene esperanzas de que la participación de Amazon ayudará a presionar a los reguladores aeroespaciales estadounidenses. Aunque la Administración Federal de Aviación (FAA) ha permitido algunos vuelos comerciales de drones, no va a emitir las directrices finales para la tecnología hasta el segundo semestre de 2015.