Después del ajedrez, el programa de televisión Jeopardy y el juego de mesa Go, uno de los últimos pasatiempos que quedaban en el que los seres humanos aún se mantenían dominantes ha caído a manos de los robots: el póker.
Un sistema de inteligencia artificial desarrollado en la Universidad de Carnegie Mellon (CMU) acaba de acumular hasta US$ 1.766.250 en fichas en contra de los cuatro mejores jugadores profesionales del mundo luego de un maratón de 20 días.
Entre los avances que permitieron la victoria estaban el éxito del computador en engañar a sus oponentes humanos, un nuevo hito en la lucha entre el hombre y la máquina.
Tuomas Sandholm, profesor de informática en el CMU, calificó el triunfo como “la última frontera” en una serie de victorias que máquinas inteligentes han logrado en juegos humanos, recordando la derrota de un súper computador de IBM frente al maestro de ajedrez, Garry Kasparov, hace 20 años.
La victoria del año pasado en Go por parte de DeepMind, la filial del Reino Unido que desarrolla algunas de las aplicaciones de inteligencia artificial más avanzadas de Google, fue aclamada como la prueba definitiva en un juego de estrategia mental. El póker, sin embargo, prueba diferentes músculos mentales, debido a que implica elaborar estrategias utilizando información imperfecta de una manera que sea más parecida al mundo real.
“Esto no es sólo sobre póker. Los algoritmos que hemos desarrollado… pueden tomar cualquier situación de información imperfecta y producir una buena estrategia para ese ajuste”, dijo Sandholm, quien desarrolló el sistema con el estudiante de postgrados, Noam Brown.
La tecnología puede ser utilizada para competir en contra de humanos en negociaciones empresariales, estrategias militares y los sistemas de comercio de alta frecuencia utilizados por los mayores bancos del mundo, añadió Sandholm.
El sistema de inteligencia artificial, llamado Libratus, jugó la versión de póker llamada Heads Up No-Limit Texas Hold’em –considerada la forma más desafiante del juego– por alrededor de tres semanas. Su primer desempeño dejó a los humanos con esperanza de victoria final. Pero el software gradualmente fue remendando los errores en su estrategia y ganó con lo que Sandholm describió como “un margen de victoria muy grande y estadísticamente muy significativo”.
Daniel McAulay, uno de los jugadores profesionales, dijo: “incluso a mitad del desafío, realmente pensábamos que íbamos a ganar. Realmente nos derrotó”.
El equipo CMU usó un súper computador cada noche para analizar el juego del día y mejorar el software. En vez de estudiar las tácticas de victoria de los oponentes, el sistema examinó sus propias debilidades y corrigió los tres errores más obvios. Eso le permitió superar la mayoría de las tácticas de sus rivales, que Sandholm tildó como “el aspecto más devastador psicológicamente” para los seres humanos que juegan en su contra.
“Intentamos todo lo que pudimos, pero fue simplemente demasiado fuerte”, dijo Jason Les, otro de los jugadores. “Se hizo muy desmoralizador, apareciendo cada día y perdiendo. Pensé que estaría mucho más cerca”, apuntó.
Es probable que la tecnología sea usada comercialmente. Uno de sus primeros programas es utilizado por dos tercios de los centros de transplantes en EEUU para decidir cuáles pacientes deben recibir nuevos riñones.