El equipo económico de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, renunció hoy en un gran golpe a la coalición gobernante de centroizquierda, ad portas de las elecciones presidenciales de noviembre.
La salida del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, y el subsecretario Alejandro Micco, además del ministro de Economía Luis Felipe Céspedes hizo que el peso se fortaleciera, ante las esperanzas que el candidato opositor de centro derecha Sebastián Piñera, quien lidera las encuestas, ahora tiene más probabilidades de ganar las elecciones.
La salida de Valdés, quien será reemplazado por Nicolás Eyzaguirre, un exministro de Hacienda, fue gatillada por una batalla política con Bachelet luego de que la presidenta bloqueara un proyecto de minería de hierro de US$ 2.500 millones en el norte, por las preocupaciones medioambientales este mes.
"Un avance sostenido a niveles más rápidos de crecimiento requiere disciplina y convicción en el gobierno y la apertura de nuevos espacios donde el sector privado pueda usar su iniciativa con reglas claras y estables", dijo Valdés a periodistas en Santiago.
"Pero yo no logré que todos compartieran esa convicción".
La salida de Valdés, un economista del MIT que era ampliamente respetado en los mercados, llega en momentos en que el Presupuesto de 2018 debe llegar al congreso en las próximas semanas. Valdés también había estado liderando los esfuerzos del gobierno para reformar el sistema de pensiones.
Aunque el gobierno aseguró una gran victoria este mes con la aprobación de propuestas para permitir el aborto en algunas circunstancias, en las que es una de las sociedades más conservadoras de la región, la disrupción podría afectar a otras reformas que el gobierno busca impulsar en el congreso antes de que termine su período en marzo del próximo año. Incluyen cambios a los reguladores de capitales y banca.
Valdés, que ha trabajado para el FMI y bancos privados líderes, era visto como uno de los mayores aliados en la administración de Bachelet. Fue nombrado en mayo de 205 para reemplazar Alberto Arenas, quien lideró una reforma tributaria estropeada, ampliamente criticada por las empresas y luego modificada por Valdés.
Sin embargo, nunca pudo reactivar la economía, que sufrió por la caída en los precios del cobre así como por el colapso en la confianza de las empresas luego de que Bachelet fuera electa para un segundo mandato presidencial en 2013, con la promesa de enfrentar la desigualdad.
La desaceleración económica bajo Bachelet, con el crecimiento anual promediando menos de 2% en comparación con casi 5% durante los cuatro años anteriores de la administración de Piñera, desencadenó una serie de rebajas por parte de agencias de calificación de crédito recientemente.
Hace un mes, Standard & Poor's rebajó la deuda soberana de Chile de AA- a A+, lo que fue seguido por la decisión de Moody's de rebajar el panorama soberano de Chile de estable a negativo la semana pasada.
Ambas agencias citaron una erosión gradual pero amplia del perfil crediticio de Chile, que se espera que continúe, con una ampliación del déficit presupuestario llevando a un alza en la deuda pública en años recientes. Los economistas esperan que la economía crezca cerca de 1,5% este año, poco menos que el 1,6% del año pasado.
Una victoria de Piñera, el multimillonario expresidente, representaría el último alejamiento de gobiernos de izquierda que han dominado la región durante la última década, así como una reafirmación del desencanto de los chilenos con la presidencia de Bachelet.