El presidente del gobierno español Mariano Rajoy ordenó una investigación en las cuentas de su partido mientras trata de distanciarse de las denuncias que su anterior tesorero presidió sobre un sistema de pagos de sobornos en efectivo a autoridades.
El gobernante Partido Popular (PP) ha sido golpeado por las denuncias de pagos en efectivos a miembros del partido, que siguen a denuncias que revelaron que Luis Bárcenas, antiguo tesorero del partido, amasó más de 22 millones de euros (US$ 29,3 millones) en una cuenta de un banco suizo, provocando protestas afuera de la sede principal del Partido Popular en Madrid.
El escándalo amenaza con dañar la credibilidad del gobierno de Rajoy en un momento que es presionado por el gasto público, el alto desempleo que aún está a 25%, y casos de corrupción entre la elite política y empresarial de España.
Las investigaciones de corrupción en curso incluyen un caso de Iñaki Urdangarin, cuñado del rey Juan Carlos, que fue acusado de malversación de millones de euros de organizaciones caritativas. Hay por lo menos 200 casos en contra de políticos en toda España.
Una encuesta reciente hecha por el diario “El País” encontró que 96% de los españoles creen que la corrupción en el país era “muy alta”.
María Dolores de Cospedal, secretaria del PP, dijo ayer que habrá “una profunda investigación interna de las finanzas del partido y de cómo el PP remunera a sus miembros.”
Ella negó que Mariano Rajoy o algún miembro del actual gobierno recibiera sobornos y dijo que el partido no tenía responsabilidades en ninguna cuenta bancaria extranjera.
“El PP no puede ser responsable de que las personas tengan cuentas bancarias en el extranjero debido a que son acciones que pertenecen actividades privadas”, afirmó Dolores de Cospedal. “El partido no ha hecho pagos especiales y no he visto ninguna contabilidad turbia”, acotó.