Las empresas chinas que enfrentan un escrutinio regulatorio más exigente en EEUU por sus acuerdos internacionales optan por una solución novedosa: pólizas de seguros que se pagan en caso de que la compra es rechazada por razones de seguridad nacional.
Una ola de adquisiciones chinas en EEUU –donde las empresas del continente invirtieron un récord de US$ 45.600 millones el último año, según Rhodium Group,- y en otros mercados internacionales está llamando creciente atención del Comité de Inversiones Extranjeras de EEUU, dicen abogados.
El mes pasado, por ejemplo, Fujian Grand Chip Investment de China dijo que descartó un acuerdo de 670 millones de euros con el productor del equipamiento de chips alemán Aixtron, debido a que no logró la aprobación de parte de Cfius.
Ahora, varios grupos de seguros, liderados por Aon, comercializan los productos que compensan a las empresas extranjeras mediante un pago por la “ruptura inversa” que tendrían que hacer a la empresa objetivo en caso de que el regulador estadounidense rechace el acuerdo.
“En tiempos de incertidumbre sobre la reacción del gobierno a un acuerdo específico, es probablemente prudente tener un seguro”, dijo Akiko Mikumo, jefe de la oficina en Hong Kong del buró de abogados Weil, Gotshal & Manges. Según Mikumo, muchas de las empresas de adquisiciones ya han comprado las llamadas garantías y pólizas de seguros de representaciones.
Los expertos creen que la elección de Donald Trump como presidente en EEUU causaría un ambiente todavía más hostil hacia las empresas chinas. En el pasado, muchos grupos chinos tenían que pagar precios relativamente más altos para compensar por el hecho de que sus objetivos creían que las ofertas del continente involucraban una probabilidad más baja de llegar a su fin.
“Pero un beneficio clave de estos seguros es que los chinos pueden presentar ofertas más competitivas para adquirir las empresas públicas de primer nivel”, dijo Elliot Konopko, quién desarrolló el producto para Aon en Nueva York. “Para dejar a los compradores chinos a ofrecer un pago por quiebre del acuerdo, hay más certidumbre”.
Anteriormente este año, el consorcio de las empresas de China y Hong Kong adquirió una póliza –con un pago de US$ 90 millones– cuando compró el productor de impresoras estadounidense Lexmark por US$ 3.600 millones.