El mal manejo político de Rajoy explica el pánico

Con una deuda inferior al promedio de la eurozona, puede perdonarse a España por su frustración con la subida de su costo de financiamiento.

Esto se debe a que las regiones de Murcia y Valencia pidieron ayuda financiera de Madrid, y más podrían seguir, pero los recursos son exiguos.

También hay inconvenientes técnicos. Es verano y se transa menos, lo que amplifica la impulsividad de los operadores volátiles.

Sin embargo, no es una buena estrategia que La Moncloa se queje de un trato injusto de los mercados. El liderazgo político trata de lo bien que juegas con las cartas que tienes. El presidente del gobierno español Mariano Rajoy asumió en diciembre con la economía en contra, pero se manejó mejor de lo que muchos esperaban. Sus cartas políticas, en cambio, eran mejores que las de cualquier otro líder de la eurozona, pero ha desperdiciado sus aces en un error no forzado tras otro.

En su política económica ha hecho más que la eurozona, pero sus problemas también han sido mayores. No es el mal manejo económico lo que explica el pánico en el mercado de bonos, sino el político. Mensajes cacofónicos, un torpe enfoque de la austeridad y el injusto impacto del colapso bancario han alejado a los votantes, las regiones, gobiernos extranjeros e inversionistas globales. Si Rajoy no recupera pronto la confianza del mercado en su liderazgo político, podría haberla perdido para siempre.

No sólo Madrid tiene un mal manejo de la crisis. Los inversionistas temen la falta de objetivos comunes en la eurozona. Mientras esperan, Madrid debe seguir con sus políticas. España puede resistir un rato los altos costos del financiamiento. La zona euro debe convencer a los inversionistas de que es capaz de actuar si el pánico persiste. Lo mejor que puede hacer es dar al nuevo fondo de rescate una licencia bancaria.

Pero el mejor remedio contra el pánico es la tranquilidad. Un mayor sentido de competencia política en Madrid y de poder de decisión en Bruselas lograría milagros.