El autor de Millennium es un sospechoso en el misterio de la editorial Quercus
Pese a su éxito, la novela de detectives de Larsson pudo haber sellado el destino de la firma.
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La publicación de la cuarta novela de la serie de detective Millennium del fallecido Stieg Larsson encierra un misterio más allá de la propia trama. ¿Qué habría pasado si Quercus Publishing no hubiera conseguido en 2007 los derechos en inglés para La Chica del Dragón Tatuado y sus secuelas? ¿Que hubiera pasado si, en vez de eso, hubiera construido un portafolio más diversificado de otros libros? ¿Habría mantenido su independencia?
La nueva novela es La Chica en la Telaraña, que saldrá en agosto y que fue escrita por David Lagercrantz usando los personajes concebidos por Larsson, quien murió en 2004. La obra entregará un epílogo triste a la historia de Quercus, tragada el año pasado por Hodder & Stoughton, parte de Hachette.
Quercus enfrentó los mismos vientos en contra que otras firmas independientes: los ebooks, Amazon, la rigidez de los vendedores de libros. Pero su éxito de ventas nórdico le debería haber dado una gran ventaja sobre sus rivales.
Quercus sí intentó diversificarse. En 2012, Mark Smith, su cofundador, vivía bajo la máxima: "No hay que dar por sentado el éxito". Contrató a más personal y nuevos autores e intentó convencer a los accionistas de sus amplios títulos más allá de Larsson. Pero las pérdidas se acumularon. Y Smith tuvo que seguir su camino después de la compra de Hodder el año pasado.
La adquisición de los derechos de La Chica en la Telaraña llegó demasiado tarde para proteger la independencia de Quercus. Pero la cuarta novela Millennium probablemente sólo habría retrasado lo inevitable. El nuevo libro es precisamente el tipo de éxito de ventas que los grandes vendedores adoran y que las grandes editoriales, con su habilidad para manejar los altibajos, promueven de la mejor manera.
La suposición común es que Quercus, ahora dirigida como una discreta unidad dentro de Hodder, no fue capaz de buscar un camino independiente a pesar del éxito de Millennium.
Pero quizás habría que preguntarse si es que el principal sospechoso en la extraña muerte de su independencia fue en realidad el propio Larsson.