En 2016 la tecnología y las start ups de la economía compartida profundizaron su revolución de las industrias tradicionales: Uber y otras firmas cambiaron el mercado del taxi, mientras firmas como Airbnb ofrecieron innumerables alternativas a las estadías en hoteles y hostales convencionales. Pero otras industrias, en las que el impacto es menos evidente por el momento, también se verán directamente afectadas por la tecnología, hasta el punto de peligrar su supervivencia.
1.- Agencias de viajes
TUI es el mayor operador turístico del mundo y gestiona las agencias de viajes Thomson y First Choice. Pero el director ejecutivo, Fritz Joussen, asegura que buscan convertirse en un tipo de negocio centrado en la compra y gestión de hoteles y cruceros. “Actualmente, entre el 30% y el 35% de nuestras ganancias proceden de ese sector, explica. “En tres años, diría que la cifra superará el 50%”.
Las agencias de viajes tradicionales acumulan varios años de declive, ya que los clientes prefieren reservar sus viajes a través de páginas web. Según la Oficina de Estadísticas Laborales de EEUU, el número de agencias de viajes en el país cayó de 132.000 en 1990 a 74.000 en 2014. Este organismo prevé que el número caerá otro 12% a 2024.
Henry Hartveldt, fundador de Atmosphere Research, cree que las agencias necesitan cambios. “Podrían estar habituadas a organizar viajes importantes, como una luna de miel, una escapada familiar, o algo más complejo como la planificación de un safari. La pregunta que se le plantea a una agencia de viajes es si realmente necesita un escaparate físico. Siendo honestos, la mayoría no”.
2.- Fabricantes de componentes
Todo aquél que haya ido a un concierto sabe que es más fácil imprimirse las entradas que recogerlas o esperar a recibirlas por correo. Las empresas pronto entenderán que lo mismo es aplicable a los repuestos, el equipamiento y la electrónica.
Se espera que la explosión de las impresoras 3D revolucione las cadenas de suministro, permitiendo a las compañías imprimir gran parte de lo que necesiten en lugar de encargarlo, a menudo, al extranjero.
Bosch Rexroth, la división de transmisión y control del grupo privado de electrónica alemán, prevé que, en un plazo de cinco a diez años, hasta el 40% de las herramientas industriales que utiliza podrían imprimirse en lugar de comprarse.
Stephen Nigro, de HP, se refiere en broma a la impresora Jet Fusion 3D con el calificativo de “la impresora que puede imprimirse a sí misma”, ya que casi la mitad de sus componentes pueden imprimirse. “No hacemos esto porque podamos; la impresora se autoimprime porque resulta rentable”, asegura. “Pensamos que la impresión en 3D será clave para cambiar el diseño y la fabricación”.
3.- Seguros de autos
La imagen de un mundo en el que flotas de autos sin conductor recorren con tranquilidad las ciudades y campos, recogiendo y dejando pasajeros, con menos vehículos en las carreteras y menos accidentes, es, para algunos, una utopía. Para las aseguradoras puede ser todo lo contrario. Los seguros para vehículos de motor son uno de los pilares de la industria. Generan unos US$ 260.000 millones en primas anuales para las grandes aseguradoras globales y beneficios de US$ 17.000 millones, según un estudio de Morgan Stanley y Boston Consulting Group.
Para los analistas, el descenso de los autos y de los accidentes implica una menor demanda de seguros. En las economías maduras, el tamaño del mercado podría reducirse más de 80% para 2040. Además, los seguros los comprarán compañías como los fabricantes de autos, no los consumidores. Y, a medida que los fabricantes y las empresas de tecnología mejoren el proceso de recopilación y uso de datos, pueden estar en mejor posición para vender seguros que la propia industria aseguradora.
Algunas empresas empiezan a reaccionar. En Reino Unido, grupos respaldados por el gobierno estudian la mejor forma de introducir la tecnología sin conductor. En Japón, las aseguradoras Mitsui Sumitomo y Tokio Marine analizan los nuevos tipos de seguros que podrían ser necesarios.
4.- Talleres mecánicos
Al no contener apenas elementos móviles aparte de las ruedas, los autos eléctricos no tienen prácticamente nada que pueda fallar bajo el capó. Esto plantea problemas a los miles de talleres para autos de gasolina o diésel. El sector de los servicios de postventa no sólo representa una enorme fuente de empleo en la industria, sino que también es uno de los segmentos más rentables del sector. El Instituto de la Industria del Motor (IMI) británico calcula que existen 40.000 negocios de postventa sólo en Reino Unido, que abarcan desde grandes grupos como Kwik Fit a un enorme número de talleres más pequeños.
El mantenimiento de los vehículos que funcionen exclusivamente con baterías eléctricas, una parte creciente del mercado, requerirá habilidades completamente distintas, como conocimientos en electricidad. Steve Nash, director ejecutivo del IMI, acentúa la necesidad de una formación especializada y advierte de que los riesgos que conlleva manipular un vehículo eléctrico sin la suficiente formación son altos. “La batería de un auto eléctrico puede producir de 300 a 400 voltios de corriente eléctrica. Es peor que la silla eléctrica”, concluye.
5.- Asesoría financiera
Los asesores financieros tradicionales han afrontado un aluvión de regulaciones en los últimos años y ahora se arriesgan a que los algoritmos usurpen su negocio.Numerosos inversionistas usan los nuevos “asesores robóticos”, páginas que recomiendan una cartera de fondos basados en las respuestas a un cuestionario online. Es una alternativa barata para clientes cada vez más habituados a la inversión digital.
Citigroup calcula que los activos gestionados por asesores robóticos podrían alcanzar S$ 5 billones en la próxima década. Los bancos británicos Barclays, Royal Bank of Scotland, Lloyds Banking Group y Santander UK están desarrollando páginas de inversión online, al igual que el banco suizo UBS y las gestoras del patrimonio Investec Wealth, Brewin Dolphin y Killik & Co. Otras grandes compañías han entrado en el capital de start ups. La gestora de activos Schroders adquirió una participación de 12 millones de libras en el asesor robótico Nutmeg, mientras que Allianz Global Investors entró en MoneyFarm.