¿Está Bernie Ecclestone anunciando el final de su mandato en la Fórmula Uno? “Si me voy, o mejor dicho cuando me haya ido, alguien surgirá”, dijo a FT el octogenario y máximo responsable del deporte automotriz. “Tenemos un grupo suficientemente bueno a nuestro alrededor que haría funcionar las cosas sin problemas”.
El futuro de Ecclestone, quien ha dominado el deporte por cinco décadas, y el conflicto de la sucesión son los temas de conversación más importantes en F1. Comparado con los más bien predecibles eventos en la pista, donde el equipo Red Bull y su conductor estrella, Sebastian Vettel, convirtieron la temporada en un mero trámite, las políticas del deporte están llegando a una coyuntura crítica, y están por ponerse bastante movidas.
Entre las carreras, la temporada ha estado dominada hasta ahora por la posible venta de F1 por parte de CVC Capital Partners, el grupo de capital privado. Cualquier venta dependerá en parte de que Bernie Ecclestone permanezca en su cargo.
Durante años, Ecclestone casi por sí solo ha negociado los derechos de transmisión, lidiado con los equipos y firmado los contratos con los proveedores. “Es una de esas cosas, es que hemos ido creciendo juntos”, dice.
CVC compró F1 hace más de cinco años por US$ 1.700 millones, por lo que difícilmente resultaría sorprendente que esté buscando una estrategia de salida. News Corp, el imperio mediático de Murdoch, ahora tiene asuntos más apremiantes que atender de momento, pero su declarado interés por adquirir F1 no se ha atenuado, según dicen.
CVC reveló el mes pasado que James Murdoch, el presunto heredero de News Corp, había realizado acercamiento sobre comprar F1, como parte de un consorcio de gran alcance. Pero, ¿podría CVC vender el negocio sin Ecclestone, su arquitecto jefe a la cabeza o es él muy importante para la eventual venta de CVC?
El propio Ecclestone, quien concuerda con quienes lo describen como un “dictador benevolente”, dice que: “solía controlar más que ahora, porque hemos aflojado las cosas un poco, algunos dicen que nos hemos vuelto demasiado democráticos. Aún creo que si no estuviese necesitarían a alguien que lleve las cosas un poco como yo las llevo”.
Quien eventualmente suceda a Ecclestone no está presionando sólo por su edad. Fiscales alemanes, investigando el supuesto soborno de US$ 50 millones pagados a Gerhard Gribkowsky, el banquero que facilitó la venta de F1 a CVC en 2005, lo acusaron de incumplimiento de obligaciones fiduciarias y evasión de impuestos, así como de haber recibido pagos corruptos.
La fiscalía de Munich acusó públicamente a Ecclestone y a su fideicomiso familiar Bambino Holdings, de haber recibido US$ 44 millones de parte de Gribkowsky. En el pasado, Ecclestone aseguró estar limpio de cualquier delito.
En la F1, los equipos, reguladores y tenedores de derechos, esperan el resultado de la investigación alemana, sabiendo que hasta que no haya claridad en Munich, los conflictos que perfilarán el futuro a mediano y largo plazo del deporte, no pueden resolverse.
Estos incluyen la renegociación del Acuerdo de la Concordia, el pacto tripartito entre los equipos, la compañía administradora de la F1 y la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), el cuerpo que gobierna la F1.
El acuerdo se negocia cada cinco años y determina cómo se reparten las ganancias. Y aunque no necesita resolverse hasta fines de 2012, ya empezaron las discusiones tras bambalinas. El acuerdo también influirá sobre una eventual venta.
Una alianza entre los equipos y la FIA complicaría las cosas para Ecclestone. La FIA ha celebrado la decisión de los equipos de cambiarse a nuevos motores V6 a partir de 2014, a lo que Ecclestone se opone. Eso no significa que los equipos estén unidos y alineados con la FIA, como hace dos años.
News Corp ya habría contactado a los equipos por sus planes de compra y Ferrari tendría un asiento en la mesa, porque Exor, aliado de los Murdoch en un consorcio, pertenece a la familia Agnelli, que es dueña del equipo italiano.