El director general del Fondo Monetario Internacional (FMI),
Dominique Strauss-Kahn, consideró hoy que el impacto de la crisis financiera
sobre la economía real se dejará notar todavía durante "varios
trimestres".
Ante la comisión de Asuntos Económicos del Parlamento
Europeo, Strauss-Kahn apuntó que, aunque "es pronto para decirlo", lo
peor de la crisis en los mercados financieros "puede haber pasado".
"Pero el problema principal son los vínculos entre la
economía financiera y la real. Y estos no han pasado", alertó el francés,
que citó entre otros la influencia a la baja sobre el consumo, las inversiones
y la concesión de créditos.
"Esto es algo que aún vamos a ver. ¿Por cuanto tiempo?
Los optimistas dicen hasta fin de este año; los pesimistas, hasta mediados de
2009. Nadie lo sabe exactamente. Pero quedan todavía varios trimestres por
delante", auguró.
En su comparecencia, Strauss-Kahn defendió el rigor de las
previsiones de crecimiento que el FMI ha realizado sobre las economías de la
zona euro, más pesimistas que las de la Comisión Europea (CE) o las de las
autoridades nacionales.
A su juicio, la diferencia no explica por una distinta
apreciación de la crisis estadounidense, sino por el uso de diferentes
"parámetros" para medir su contagio al otro lado del Atlántico.
"Nosotros usamos el conjunto de parámetros tradicional.
Hay quien puede decir que la situación ha cambiado y se requieren otros, pero
nadie ha explicado porqué", advirtió.
EL FMI ha pronosticado que el PIB de la zona euro crecerá el
1,4 por ciento en 2008 -frente al 1,7 por ciento de la CE- y que España lo hará
el 1,8 por ciento -frente al 2,2 por ciento de la CE y el 2,3 por ciento del
Gobierno español-.
Por otra parte, Strauss-Kahn insistió en que el actual
enfriamiento económico, desencadenado por el desplome del mercado hipotecario
en Estados Unidos, rompe el paradigma según el cual las crisis de capitales se
originaban en economías emergentes, lo que hace más urgente introducir
mecanismos de control a escala global.
En este sentido, abogó por que el FMI se convierta, no en
supervisor financiero global -"ese sueño o pesadilla está aún lejos",
dijo-, sino en un "organismo de información" entre supervisores
nacionales y regionales, que ayude así a prevenir posibles crisis y sus
contagios..
Asimismo, defendió su propuesta de que el FMI pueda emitir
"alertas" cuando un país dé señales de desequilibrio en sus mercados
de capitales.
Por otra parte, indicó que la crisis de alimentos se explica
en parte la crisis financieras, así como al aumento de la demanda en India o
China, las malas cosechas y la emergencia de los biocombustibles.
Advirtió de que la penuria alimenticia puede tener
consecuencias humanitarias, así como sobre la estabilidad y la paz, y
recomendó, en particular a los países africanos, que se doten de políticas
agrícolas para elevar su producción nacional y reducir su dependencia de las
importaciones.