El director del Departamento de América
Latina del FMI, Anoop Singh, aconsejó hoy a los gobiernos y empresas de la
región que a la hora de negociar salarios no den a los trabajadores subidas que
reflejen la escalada del precio de los alimentos.
En una rueda de prensa en la sede del Fondo Monetario Internacional (FMI), que
este fin de semana celebrará su asamblea anual conjunta con el Banco Mundial,
Singh señaló la inflación como uno de los riesgos clave para América Latina.
Singh dijo que su recomendación fundamental es evitar que "la inflación
derivada de los precios de los alimentos se afiance al entrar en los contratos
de salarios".
El funcionario aclaró que no se opone a cualquier ajuste de sueldos, pero sí a
una subida para equipararlos totalmente al alza del precio de la cesta de la
compra.
En la práctica, la recomendación de Singh supone una bajada de los salarios en
términos reales, descontada la inflación.
Según cálculos del Fondo, desde finales de 2006 el valor de los alimentos ha
subido un 48 por ciento a nivel mundial. Su encarecimiento ha provocado
protestas en países como México y Haití, y en este último murieron cinco personas.
En lugar de un ajuste de los salarios, Singh recomendó a los gobiernos usar sus
programas sociales "para aumentar rápidamente la ayuda a los pobres, de
forma que se aminore el impacto de los precios de los alimentos sobre los
pobres".
Que la inflación sea un peligro en América Latina es una señal de que su
economía no ha sufrido el frenazo experimentado en Estados Unidos y que, según
el FMI, se extenderá a Europa.
Singh afirmó que al contrario que en otras crisis, la región ha superado bien
por ahora la onda expansiva de la implosión financiera en Estados Unidos.
Aún así, sufrirá una desaceleración, al pasar de un crecimiento del 5,6 por
ciento en 2007 a
un 4,4 por ciento en 2008 y un 3,6 por ciento en 2009, y Singh alertó de que
existe "un riesgo claro" de que esa bajada de ritmo sea "más
drástica de lo que prevemos".
Por ello, pidió a los gobiernos no dormirse en los laureles y advirtió de que
la reducción de liquidez a nivel internacional ya ha limitado el acceso de las
empresas latinoamericanas a los mercados de capitales.
Otro peligro importante es una caída marcada de los precios de las materias
primas. La advertencia suena extraña en un momento en que el petróleo ha dejado
bien atrás la cota psicológica de los 100 dólares por barril.
Sin embargo, el Fondo augura una caída "pequeña" de los precios de
las materias primas en general en 2008 y 2009 en consonancia con la
desaceleración económica mundial.
A exportadores de metales como Perú, Chile y Brasil, y los petroleros Ecuador y
Venezuela, Singh les advirtió de que como precaución preparen las cuentas
públicas con más ahorro para una posible bajada de los precios más aguda que lo
previsto.
"Virtualmente toda ralentización económica que hemos experimentado en las
últimas décadas ha venido acompañada por una bajada significativa de los
precios de las materias primas", alertó.
El efecto aún no ha ocurrido, según el ministro de Hacienda de Brasil, Guido
Mantega, pese a que Estados Unidos, la mayor economía del mundo, ya sufre una
contracción económica, según los pronósticos del FMI.
"No hemos notado un impacto de la desaceleración en el precio de las
materias primas brasileñas", dijo Mantega en una rueda de prensa en la
sede del FMI.
En todo caso, el organismo prevé que los precios alimenticios se mantendrán
altos por el aumento de la demanda en Asia y el incremento de los cultivos
destinados a los biocombustibles, en lugar de para el consumo humano, afirmó
José Fajgenbaum, subdirector del Departamento de América Latina del FMI.
Argentina y Brasil, los graneros de la región, no tienen de qué preocuparse.