España se comprometió hoy en la Organización
de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) a
poner en marcha un paquete de medidas para luchar contra la crisis
alimentaria mundial con un presupuesto de US$777 millones
hasta 2012.
"Esta Cumbre ha de ser el arranque de una movilización mundial
para luchar contra el hambre", manifestó José Luis Rodriguez Zapatero en rueda de
prensa, tras intervenir en la reunión de alto nivel organizada por
la FAO para diseñar un plan que palíe las consecuencias de la
escalada de los precios de los alimentos en los países más pobres.
Zapatero no citó en su discurso ante el plenario la cantidad
concreta comprometida, pero sí ofreció a España para celebrar en
otoño una cumbre que continúe con los trabajos y apruebe una "Carta
de derechos de la seguridad alimentaria".
Al analizar en la rueda de prensa la Cumbre de la FAO, Zapatero
destacó la solidaridad española -"comprometidos como los que más y
los primeros"- y se mostró convencido de que, a pesar de que el país
vive ahora dificultades económicas, los españoles mantienen su
compromiso con la cooperación al desarrollo.
Entre las medidas que se pondrán en marcha a corto plazo con la
ayuda comprometida de US$777 millones habrá programas de
protección social para los pequeños agricultores, principalmente en
el África subsahariana; proyectos para menores de 5 años, como grupo
más afectado por la crisis; e iniciativas de nutrición, infancia y
seguridad alimentaria de las agencias de la ONU.
A medio plazo, España promoverá una iniciativa para el desarrollo
de los territorios rurales en América Latina y un programa de apoyo
científico-técnico agrario, pesquero y alimentario que responda a
las demandas de alimento de la población en riesgo.
"Las palabras pueden ser todo lo bonitas que queremos, pero los
fondos deben ser reales", advirtió Zapatero a los cerca de 50 jefes
de Estado y de Gobierno presentes en la Cumbre.
Tras denunciar que hay países desarrollados que han reducido su
ayuda al desarrollo, confió en que la crisis actual "sea un
aldabonazo en las conciencias de los más egoístas, de los más
poderosos".
En la misma línea, instó a la comunidad internacional a alcanzar
un acuerdo en la Ronda de Doha con "flexibilidad" para que los
países en desarrollo y sus agricultores tengan oportunidades de
futuro.
A su juicio, es hora de que la comunidad internacional "vuelva a
mirar a la agricultura", facilite el comercio mundial de alimentos e
invierta en infraestructuras y en regadíos.
En opinión de Zapatero, la subida de los precios de los alimentos
no se puede comprender sin tener en cuenta la crisis financiera
originada en Estados Unidos, el incremento del precio del petróleo,
la especulación y la "falta de capacidad" de las instituciones
internacionales para dar respuesta a la crisis.
Aunque no quiso evaluar el impacto de los biocombustibles en la
crisis, estimó que han tenido un efecto "limitado" y apostó por
mantener "un debate abierto y permanente".
España, según explicó, respalda los biocarburantes de segunda
generación y está comprometida con la apuesta europea de incrementar
su peso.