Vietnam quiere ser un líder global en turismo
Meta del gobierno apunta a que para 2020 esta industria aporte hasta 12% del PIB. El país atrajo a 5,6 millones de visitantes en los primeros siete meses de 2016, un alza de 24% frente a 2015.
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El primer ministro de Vietnam, Nguyen Xuan Phuc, anunció a comienzos de la semana pasada que el gobierno tiene planes para lanzar un sistema de visas electrónicas a partir del próximo año, con el objetivo de apoyar el desarrollo de la industria nacional del turismo. Dos días después, medios estatales de noticias reportaron que las autoridades de Hanói habían resuelto poner fin al toque de queda que regía en la capital como una manera de incentivar un aumento en las visitas de turistas extranjeros. Vietnam está haciendo cada vez mayores esfuerzos para convertir al turismo en una parte más importante de su economía, pero si verdaderamente quiere hacer progresos relevantes en este objetivo y convertirse en un rival relevante a la cercana y atractiva Tailandia tendrá que abordar una serie de problemas.
En los últimos años Vietnam viene atrayendo a un creciente número de turistas, y una rápida mirada al país explica fácilmente por qué ha sido así. Está repleto de atractivos, desde sus ciudades históricas como Hue y Hanói hasta los abarrotados mercados de Ciudad Ho Chi Minh, las montañas de Sapa y las playas de Nha Trang y Da Nang. Iniciativas como ofrecer viajes libres de visas para los ciudadanos de Reino Unido, Alemania, Francia, España e Italia han ayudado a traer más visitantes; el programa fue extendido el mes pasado hasta mediados del próximo año. La decisión se anunció justo tres meses después de que la Asamblea Nacional (un congreso que tiene escasos poderes resolutivos y que en la mayoría de los casos se limita a rubricar lo que define el gobierno) votara en favor de relajar los requisitos de visa para los ciudadanos estadounidenses.
Metas ambiciosas
Los líderes nacionales creen que Vietnam todavía puede hacerlo mucho mejor en este sentido. Phuc ha establecido una ambiciosa meta de US$ 20 mil millones en ingresos de la industria del turismo para 2020, con este sector aportando con entre 10% y 12% del PIB nacional. En una primera instancia las perspectivas parecen buenas. El país atrajo a 5,6 millones de visitantes extranjeros en los primeros siete meses de 2016, un incremento de 24% con respecto al mismo período de 2015. Para fines de esta década, Phuc aspira a que Vietnam logre captar hasta 15 millones de turistas internacionales al año, lo que permitiría crear 3,5 millones de empleos, según cálculos de Nguyen Ngoc Thien, el ministro de Cultura, Deportes y Turismo. Thien considera que es una meta que se puede alcanzar fácilmente: Tailandia, destaca, ya atrae al doble de visitantes que la cifra que Vietnam se fijó para fines de esta década.
No tan rápido
Sin embargo, existen algunos obstáculos que pueden complicar lograr estas metas y convertir a Vietnam realmente en uno de los grandes actores regionales y mundiales en la industria del turismo. Estos varían desde los cuellos de botella en la infraestructura del país hasta su enorme dependencia de los visitantes de China, muchos de los cuales llegan sólo por los acuerdos de paquetes de descuentos que dejan pocas oportunidades para que las empresas locales capitalicen sobre esos flujos de entrada. La disputa marítima de 2014 entre Vietnam y China y las subsiguientes protestas anti China en Vietnam golpearon a la industria turística local con dureza. Las relaciones bilaterales se mantienen todavía en un terreno frágil, debido a las disputas territoriales entre países que persisten en el Mar del Sur de China. Un punto crucial es que el turismo externo de China está fuertemente influenciado por elementos políticos, ya que el gobierno puede imponer obstáculos burocráticos, que aunque no sean oficiales, en la práctica logran su objetivo de impedir que sus ciudadanos visiten ciertos países que quieren perjudicar.
Más allá de esto, muchas autoridades del turismo en Vietnam sugieren que uno de los principales problemas del país es que las diferentes agencias locales en general no colaboran para promover al país como un destino único. Parte de esto se puede atribuir a una cultura de regionalismo que todavía influencia muchos de los aspectos de la vida diaria en Vietnam.
Las autoridades en Hanói, por ejemplo, podrían no hacer grandes esfuerzos por promover los viajes a Ciudad Ho Chi Minh. Esto también ayuda a explicar en parte por qué sitios atractivos, como la ciudadela imperial de Hue, por ejemplo, atrae a relativamente pocos visitantes. A un nivel más local, los planes de desarrollo de infraestructura todavía no son capaces de dar cuenta de la necesidad de recibir a un flujo futuro de visitantes. Una muestra de esto puede verse en los alrededores de Ciudad Ho Chi Minh, donde una serie de puentes bajos sobre el río Mekong bloquean el acceso a las naves de mayores dimensiones de los cruceros.
Los arreglos básicos de transporte con frecuencia pueden resultar difíciles también, afectando la experiencia para los visitantes primerizos, mientras que los estándares del alojamiento también pueden variar de manera considerable. La Pacific Asia Travel Association, un grupo sin fines de lucro, estima que solo 6% de quienes visitan el país por primera vez regresan alguna vez. En algunos sectores más activos, el foco del gobierno en atraer a la mayor cantidad de personas posibles está devaluando la experiencia general para muchos turistas. Esto es especialmente cierto en áreas visitadas por grandes cantidades de grupos de turistas chinos, un reclamo público que figura frecuentemente en las páginas de los medios estatales.
Más retorno por dólar
Si Vietnam quiere empezar a obtener más retornos por cada turista en vez de solo acoger a un mayor número de visitantes, el gobierno debe enfocarse en acelerar el tipo de proyectos de infraestructura que le ayudarán a mejorar la experiencia de los turistas.
Hasta cierto punto, esto ya está ocurriendo. El nuevo Aeropuerto Internacional Noi Bai de Hanói representa una gran mejora respecto de las antiguas instalaciones, mientras que el tiempo de viaje hasta el centro de la ciudad ha sido reducido a la mitad con la construcción de un nuevo puente sobre el Río Rojo. Sólo cuando se consigan avances similares en otras regiones del país, además de una mayor relajación en el sistema de visas, verdaderamente Vietnam estará listo para atraer y absorber el número de turistas al que está apuntando. Y solo entonces el país será capaz de atraer de regreso a un mayor y creciente porcentaje de esos visitantes que están dispuestos a desembolsar cantidades más altas de dinero durante su estadía.