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El desafiante primer año de Horacio Cartes en Paraguay

Pese a su cómoda victoria en abril de 2013, el apoyo al mandatario va en picada, y su gobierno es el más impopular en un cuarto de siglo.

Por: | Publicado: Jueves 31 de julio de 2014 a las 05:00 hrs.
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El presidente de Paraguay, Horacio Cartes, presentó su primer reporte anual al Congreso el 1 de julio, marcando así el principio de un nuevo periodo legislativo. Cartes se enfocó en las áreas donde su gobierno ha enfrentado las mayores críticas, incluyendo la creciente inseguridad, los altos niveles de pobreza y los graves daños provocados por las recientes inundaciones. A medida que los niveles de aprobación del presidente disminuyen y el apoyo dentro del gobernante Partido Colorado (PC) comienza a debilitarse, Cartes enfrenta una lucha cuesta arriba para lograr su ambiciosa agenda de reformas.

Luego de una cómoda victoria en las elecciones presidenciales de abril de 2013, Cartes prestó juramento el 15 de agosto de ese año, devolviéndole al PC el control tras su único periodo como oposición en 66 años. Político emergente y reconocido magnate de los negocios, Cartes negoció su camino hacia el PC y construyó suficientes alianzas para garantizar un ascenso exitoso al poder. Vendió su candidatura al electorado prometiendo un “nuevo rumbo” para la economía, asegurando que lograría terminando con la corrupción endémica de Paraguay, haciendo reformas en el sector privado notoriamente ineficiente, reduciendo la gran desigualdad y mejorando la débil infraestructura pública del país. Convencidos por la buena gestión de sus prósperos negocios, los votantes pusieron su fe en él para llevar al país hacia el éxito económico.

A primera vista, Cartes ha logrado un buen progreso en este primer año. Restauró las relaciones internacionales de Paraguay que se vieron cortadas en 2012 tras una muy polémica impugnación del entonces presidente, Fernando Lugo, principalmente con Mercosur, y ha promulgado una serie de reformas importantes. Éstas incluyen una ley de responsabilidad fiscal, un marco legislativo para una ley de alianzas público/privadas (PPP, su sigla en inglés) y una reforma histórica para incrementar la contribución del sector agrícola a la recaudación tributaria. La aprobación de estas reformas ha sido facilitada por la mayoría que detenta el PC en la cámara de diputados y por un pacto de gobernabilidad con los partidos opositores, que se ha reforzado recientemente con el nombramiento de Blas Llano, del Partido Liberal Radical Auténtico (el segundo partido más grande del país), en la presidencia del congreso.

Sin embargo, a un año del inicio de su período presidencial ya se pueden ver las fisuras: los niveles de popularidad de Cartes han caído en picada. Una encuesta de febrero del Gabinete de Estudios de Opinión, un centro de estudios local, reveló que su gobierno ha sido el menos popular en 25 años. Aún más, volubles grupos de interés dentro del PC están empezando a trabajar en su contra, remarcando su falta de experiencia política y complicando el pronóstico para sus próximos cuatro años en el mando.

Cartes necesitará enfocarse en estos tres temas y adelantarse a la preocupación popular –inseguridad, inundaciones y la extendida pobreza- mientras navega con cuidado en un desafiante ambiente político, o enfrentará el tipo de estancamiento legislativo que caracterizó el periodo de su predecesor.

La inundación es difícil de ignorar


Uno de los temas más urgentes que Cartes discutió en su presentación al Congreso fueron las severas inundaciones en todo el país, que han afectado hasta el momento a más de 300.000 personas a nivel nacional.

La más severa ha sido la inundación en la capital, Asunción, que ha afectado principalmente a las familias más pobres que viven a las orillas del Río Paraguay. Hasta la fecha, más de 75.000 habitantes han sido evacuados, forzados a vivir en carpas improvisadas repartidas por la ciudad, con acceso restringido a agua y electricidad. Algunas de estas carpas han sido levantadas fuera del edificio del congreso en el centro de Asunción, haciendo que el problema sea imposible de ignorar por Cartes y sus colegas. Además del impacto humano de las inundaciones, el sector agrícola que es vital para las exportaciones del país (corresponde a 20% del PIB) ha reportado serias dificultades. Las principales exportaciones de Paraguay, carne y granos, dependen fuertemente de la infraestructura de las carreteras, que se han visto severamente dañadas por las inundaciones, volviendo varias de estas rutas intransitables.

La violencia escala 


Otro foco en el reporte del presidente es la creciente inseguridad, particularmente debido al Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP, un grupo guerrillero de izquierda que opera en el norte del país).

Desde que Cartes está al poder, ha habido una aumento sostenido en los ataques del grupo. Particularmente, el secuestro de Arlan Fick, el hijo de 16 años de un hacendado brasileño de Concepción, por el EPP el 2 de abril ha dado lugar a fuertes críticas públicas contra el gobierno. Además de la amenaza a la seguridad de las personas causada por el EPP, los recientes ataques contra torres de energía en el norte han dejado a alrededor de 90.000 personas sin electricidad, de acuerdo con la Administración Nacional de Electricidad, la corporación estatal de energía.

Pese a que Cartes insistió en su discurso que él no permitiría que el EPP marcara su agenda para este periodo en el gobierno, el presidente no ha logrado bajar el perfil a la creciente inseguridad.

Al comienzo de su período fueron aprobadas modificaciones a la Ley de Defensa Nacional y Seguridad Interna, permitiendo que el presidente aumente la presencia de Fuerzas Armadas sin la aprobación del Congreso, como antes exigía la constitución.

La pobreza sigue siendo un desafío 


Otro pilar de la campaña presidencial de Cartes fue la distribución más equitativa de la riqueza entre la población; declaró una “guerra contra la pobreza” en su discurso inaugural. El 1 de julio se apresuró a declarar una victoria. Pero, aunque la proporción de gente viviendo en la extrema pobreza bajó de 18% en 2011 a 10,1% en 2013, gran parte de la caída corresponde a programas de gobiernos anteriores.

Si Cartes espera ganar la “guerra”, tendrá que resolver el viejo problema de desigualdad en la distribución de la tierra, en un país donde 2% de la población posee 80% de los terrenos, lo que le ganará enemistades dentro del PC.

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