Crece pesimismo entre las constructoras en Brasil
Entre las firmas encuestadas, 21,4% mencionó el alza en la morosidad de los clientes como un problema serio.
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Un sondeo de la Confederación Nacional de Industria (CNI) de Brasil entre 534 empresas constructoras cayó a 44,5 unidades en junio, desde 45,8 en mayo. Este es el séptimo mes consecutivo en que el indicador se mantiene bajo la barrera de los 50 puntos que señala expectativas de expansión. La tendencia refleja un deterioro más amplio de la economía brasileña.
La confianza de los consumidores y las empresas están en mínimos desde la crisis de 2008, y se resisten a contratar préstamos para invertir en bienes durables, con las tasas aún altas y un repunte de la inflación (6,5% a mediados de julio) erosionando su poder adquisitivo.
Los ejecutivos de la construcción apuntaron al deterioro del desempeño de sus empresas, con menores márgenes y más dificultades para conseguir crédito. También denunciaron el aumento en el impago de sus clientes y las altas tasas de interés como los principales factores que frenan la actividad.
Los márgenes operacionales cayeron a 41,4 puntos en el segundo trimestre, desde 41,6 en el primero, y 44,2 en abril-junio de 2013. El acceso al crédito empeoró a 37,9 puntos, desde 40,8 en el trimestre previo. Las dificultades de acceso al crédito están afectando a todas las empresas pero las pequeñas son las que están sufriendo más.
Entre las firmas encuestadas, 21,4% mencionó el aumento en la morosidad de los clientes como un problema clave en el sector, comparado con 15,7% en el primer trimestre.
Las condiciones de empleo en el sector también se deterioraron. A medida que la actividad se frena, la falta de trabajadores calificados ya no es mencionada como un freno importante al crecimiento.
Los datos de expectativas muestran que el pesimismo está aumentando. El indicador que muestra expectativas de aumentar la contratación se debilitó el mes pasado, pasando por primera vez bajo las 50 unidades. Y las grandes empresas son las que están más negativas. Esto muestra que más compañías están recortando su personal que las que están incrementando sus equipos. La capacidad utilizada cayó a 69% en junio desde 70% en mayo, una señal de que la reducción de la actividad es más intensa que la disminución en la capacidad de producción.
El abrupto deterioro en la confianza de los consumidores y las empresas no es una buena noticia para la presidenta Dilma Rousseff, que se prepara para las elecciones de octubre y afronta un incierto resultado.