La semana pasada el Ministerio de Estrategia y Finanzas de Corea del Sur anunció un paquete de 41 billones (millones de millones) de wones
(US$ 40.000 millones) para estimular el crecimiento en el gasto empresarial, además de medidas tributarias para revivir el estancado crecimiento de los ingresos personales.
El impulso de la economía repuntó a fines de 2013, y se mantuvo razonablemente positivo hacia el primer trimestre de 2014, con el PIB real creciendo 0,9% trimestre sobre trimestre. Desde una base baja, debido a la débil expansión en 2013, el PIB creció 3,9% año sobre año entre enero y marzo, y un aún respetable 3,6% en el segundo trimestre.
El debut del nuevo viceprimer ministro a cargo de la economía, Choi Kyung-hwan, se enfoca de lleno en la demanda doméstica, que ha sido el punto débil de los esfuerzos de Corea del Sur por revivir su crecimiento desde 2011.
El paquete se compone de 11,7 billones de wones de gasto fiscal adicional y 29 billones de wones de apoyo a la liquidez.
La porción que consiste en gasto fiscal directo es dos veces mayor que el estímulo de 5,3 billones de wones implementado en 2013, indicando que se está arraigando un sentido de urgencia sobre el titilante crecimiento económico en la administración liderada por la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye.
Buena parte del dinero disponible el próximo año apunta a impulsar el gasto de las empresas a través de proyectos de capital. De forma separada, el próximo año entrará en vigor un nuevo plan tributario para alentar a las compañías a que gasten dinero en inversiones y hasta en sueldos y dividendos, en lugar de simplemente acumularlo.
Bajo este plan, las firmas tendrán deducciones impositivas sobre los aumentos salariales, y pagarán un impuesto adicional a los ingresos excedentes que no usen para inversiones, sueldos y pagos de dividendos. El objetivo es matar dos pájaros de un tiro, al colocar dinero corporativo para un uso productivo y devolverle mayor riqueza a los trabajadores y los accionistas.
El gobierno espera que el paquete de estímulo impulse la tasa de crecimiento de Corea del Sur en 0,1 punto porcentual en 2014 y otro 0,1 punto en 2015, con estimaciones revisadas para la expansión del PIB real de 3,7% para 2014 y 4% para 2015. Sin embargo, el enorme paquete de gasto fiscal pone en peligro el plan del gobierno de equilibrar el presupuesto para 2017, mientras que el impacto económico del estímulo se mantiene incierto.