Los efectos de la desaceleración económica en Estados Unidos
podrían ser amortiguados si se aprovecha la "capacidad de ajuste de su
economía" y se reducen los obstáculos al acceso a los mercados y otras
medidas de distorsión", lo que contribuiría a mejorar el bienestar de la
población.
Así lo indica un informe de la Organización Mundial
del Comercio (OMC) sobre la política comercial estadounidense, que afirma que
se necesitan correcciones en cuanto a las elevadas ayudas a los sectores
agrícola y energético.
Con respecto a la situación en 2006, cuando la OMC realizó
la última evaluación sobre EE.UU., el informe de hoy destaca que Washington ha
adoptado nuevas medidas para liberalizar su régimen comercial, aunque la
mayoría reposa sobre la base de las preferencias otorgadas a ciertos países.
Pese a que oficialmente EEUU apoya la Ronda de Doha, cuyo
objetivo declarado es aumentar la liberalización del comercio mundial a favor
de los países en desarrollo a través de un acuerdo multilateral, en la práctica
la Administración actual ha optado por reforzar sus vínculos bilaterales y
regionales.
Esa estrategia se refleja en el hecho de que a principios de
2008 ya formaba parte de 14 acuerdos de libre comercio (otros seis aún no
entraban en vigor), frente a los 7 de hace dos años y a 3 cuando el presidente
George Bush llegó a la
Casa Blanca.
Asimismo, el informe de la OMC recapitula las medidas
vigentes en EE.UU. que afectan al comercio, empezando por "las restricciones
y los controles de las exportaciones por razones de seguridad nacional y
política extranjera, o para paliar la falta de materiales escasos".
En ese ámbito, el Gobierno ofrece seguros y financiación a
las exportaciones a través de un organismo oficial de crédito, aunque en el
informe se reconoce que en los últimos años el costo fiscal de esos programas
ha disminuido significativamente.
EE.UU. también provoca distorsiones en los mercados mundiales
a través de medidas que no están directamente dirigidas al comercio, como son
las ayudas internas (exenciones fiscales, subsidios y programas de crédito) a
sus productores nacionales, principalmente agricultores y vinculados a la
energía.
En su última notificación a la OMC, que correspondía a los
ejercicios fiscales 2003-2004, las autoridades estadounidenses enumeran
"unos 430 programas de subvenciones", una situación que afecta al
resto del mundo por cuanto "EE.UU. está entre los principales productores y
consumidores mundiales de numerosos productos", según explican los
expertos del organismo.
Basándose en estimaciones de la Organización de Cooperación
para el Desarrollo Económico (OCDE), el estudio señala que la ayuda global a la
agricultura (incluidas medidas en frontera y pagos oficiales) representó en
2006 el 11 por ciento de los ingresos agrícolas brutos.
Esto, no obstante, representó cinco puntos porcentuales
menos que dos años antes.
Sobre el futuro de la primera potencial mundial, la
organización multilateral recalca que las perspectivas de crecimiento a corto
plazo de su economía se han deteriorado, en gran medida debido al parón del mercado
de la vivienda y las turbulencias del crédito.
Esta situación "ha afectado considerablemente a los
servicios financieros", recalca el informe, que recomienda "mejorar
la supervisión" en ese sector.