Tras sorpresiva debilidad del PIB de EEUU analistas proyectan una “leve” recesión para la segunda mitad del año
Se espera que para el segundo trimestre el consumo caiga y que bajo el actual escenario económico, la reunión de mayo podría traer la última alza de tasas de interés de la Fed en este ciclo.
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El crecimiento más bajo de la economía estadounidense durante el primer trimestre de este año, de 1,1% frente a las expectativas de 2,6%, podría significar que se mantenga la tendencia a la baja para lo que queda del año.
La desaceleración de la actividad durante los tres primeros meses del año estaría explicada por la caída de 1,6% en la inversión privada en inventarios y de 4,2% en la inversión fija no residencial. En contraste, el gasto en consumo tuvo un alza de 3,75 y se registró un repunte de 4,8% en las exportaciones.
Desde Bank of America (BofA), explican que los datos “no son una sorpresa”, ya que la inversión fija es el componente del PIB más sensible a las tasas de interés y que de acuerdo a la tendencia, el consumo podría llegar a ser mucho más débil en el segundo trimestre.
“Esperamos que el impulso de la economía siga ralentizándose en el segundo trimestre, a medida que los efectos retardados del endurecimiento de la política monetaria y de las condiciones financieras empiecen a dejarse sentir en otros ámbitos de la economía, incluido el consumo”, explicó Michael Gapen, economista para Estados Unidos de BofA.
Una perspectiva que comparte Oren Klachkin, economista principal de EEUU de Oxford Economics, quien indica que para los próximos tres meses se espera un crecimiento marginal y una leve recesión para la segunda mitad del año, debido a que las condiciones crediticias más estrictas, las tasas de interés elevadas y las presiones persistentes sobre los precios hacen que los consumidores y las empresas reduzcan el gasto.
Por su parte, Andrew Hunter, economista de Capital Economics, indica que los datos apuntan a que, “si bien el crecimiento económico se está desacelerando, aún no se está derrumbando”. Hunter advierte que, “dado que la mayoría de los principales indicadores de recesión aún están en rojo y el lastre de las condiciones crediticias más estrictas aún no se ha reflejado, esperamos que una nueva desaceleración en el consumo y una contracción más aguda en la inversión empresarial provoquen un debilitamiento más marcado pronto”.
Para lo que sería el año en su conjunto, Miguel Santana, economista del Banco Santander, señala que el crecimiento del PIB sería cercano a 1%. Además, apunta a que las probabilidades de una recesión están en aumento, aunque estima que sería leve debido a la fortaleza del mercado laboral, que marcó 3,5% de desempleo.
Próxima decisión de la FED
A la fecha, la Reserva Federal ha aumentado la tasa hasta el nivel de 4,75% y podría seguir con su endurecimiento en su decisión de la primera semana de mayo, con tal de devolver a la inflación -que acumuló 5% en abril- a su meta de 2%.
Klachkin, de Oxford Economics, afirma que la Fed subirá las tasas en mayo y que los únicos factores que evitarían el alza serían un aumento sostenido en el estrés del sistema bancario o una desaceleración importante de la inflación, pero ninguno se ha materializado desde la última reunión del banco central estadounidense.
En tanto, Ricardo Consiglio, economista jefe de Zurich AGF, estima que se dará un incremento de 25 puntos base, pero señala que la debilitación de la economía podría permitir una reducción de la inflación en los próximos meses, lo que podría caudal una leve recesión técnica en el segundo semestre.
“Bajo este escenario económico, el aumento de la próxima semana podría ser el último que realice la Reserva Federal, para ya empezar con un discurso más dovish en la segunda parte del año, en la medida que se confirme la desaceleración de la inflación subyacente”, indica.