Madres y entorno social pueden disminuir las brechas de género en educación financiera
El estudio advierte que es poco probable que cambios pequeños sean efectivos en el cierre de estas desigualdades, por lo que plantea que se requieren “intervenciones firmes” que puedan realmente producir impacto.
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Para participar de la economía actual es cada vez más necesario tener conocimientos financieros y, una vez más, el género es un factor diferenciador en la enseñanza sobre la materia.
“Estereotipos en la educación financiera: evidencia de PISA”, se titula el paper elaborado por dos académicas de la Universidad de Bolonia y la Universidad de George Washington, en el que afirman que “el analfabetismo económico no solo es generalizado, sino que es particularmente grave entre las mujeres”.
Centrándose en datos de la prueba PISA combinados con otros indicadores, las autoras estudiaron el conocimiento del tema de jóvenes de 15 años en Italia, pues plantean que “a partir de la adolescencia, las niñas y niños enfrentan mayores presiones para ajustarse a los roles de género estereotipados que pueden determinar cómo los jóvenes se alfabetizan financieramente”.
La investigación evidencia que el rol de los padres -en particular de las madres- es clave para el grado de comprensión. Laura Bottazzi, coautora y académica de la U. de Bolonia, explica que tener una madre trabajadora aumenta el puntaje de niños y niñas en un 4%, en promedio, mientras que las niñas cuyas madres trabajan en finanzas están mucho menos desfavorecidas en sus conocimientos del tema.
“El ‘modelo a seguir’ de los padres afecta principalmente a las niñas”, dice la doctora en Economía del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
Además del rol de las familias, el entorno social y cultural también juega “un papel crucial en la explicación de las diferencias de género”, dice el estudio. Las niñas que viven en regiones con mayor equidad de género tienen una educación financiera un 5% más alta que la de los niños.
Si bien estas brechas se producen a temprana edad, persisten y tienen consecuencias en etapas posteriores. “Las mujeres tienen menos riqueza, menos probabilidades de poseer acciones y más probabilidades de invertir en valores de renta fija”, alerta Bottazzi, y precisa que las diferencias de género se ven en el comportamiento de ahorro, inversión y objetivos a corto y largo plazo.
“Las mujeres tienden a evitar entornos competitivos y tienen menos confianza para participar en tareas que están fuera de lo que se considera un dominio específico de género. Las finanzas se consideran principalmente un campo masculino”, precisa.
Ante este escenario, el documento indica que se requieren “intervenciones firmes” para cerrar esa brecha, por lo que es poco probable que los pequeños cambios incrementales sean efectivos.
Chile no está mejor
El paper indica que más de 140 países muestran diferencias de género en educación financiera, por lo que el problema es global, y va “desde las economías en desarrollo hasta las avanzadas”.
Jeanne Lafortune, directora de Investigación del Instituto de Economía de la Universidad Católica (UC), señala que Chile no es la excepción. Un estudio reciente aplicado a visitantes de oficinas Chile Atiende midió el conocimiento del valor del tiempo, inflación e interés compuesto, y reveló que las mujeres obtenían 1,46 puntos frente a los 1,69 de los hombres. “Claramente hay una brecha en términos de conocimiento financiero”, precisa Lafortune.
De acuerdo a la también doctora en Economía del MIT, hay claramente un vínculo entre conocimiento matemático y conocimiento financiero, “y la brecha que existe entre los géneros en resultados en matemática podría entonces explicar parte de lo que se observa en los datos”.
En Chile parte de la brecha se puede explicar por el peor rendimiento de las mujeres en matemáticas, lo que se evidencia en los puntajes de la Prueba de Selección Universitaria (PSU). En 2018, los hombres obtuvieron 18 y 17 puntos más que las mujeres en promedio en ciencias y matemáticas, respectivamente. Sin embargo, en el Simce la brecha es “casi inexistente”, lo que indica que esta se podría acotar en ese período de tiempo.
“Para evitar que la brecha siga existiendo entre mujeres y hombres, se debe fortalecer la formación y el gusto de las matemáticas en niñas (...) Hay mucha diferencia entre colegios en esta brecha y ver qué hacen los que logran disminuirla puede ser relevante”, dice la académica de la UC, y agrega que “la educación financiera se debería impartir en colegios dado la evidencia positiva encontrada en Brasil”.
De cara a la adultez, plantea que se debería intentar disminuir el “comportamiento discriminatorio” evidenciado en el sector bancario chileno hacia las mujeres”.