¿Es la economía china una bomba de tiempo? Aldo Lema pone paños fríos las proyecciones del gigante asiático
El economista señaló que “China crece menos porque ya creció mucho” y espera que en el futuro próximo su expansión "baje un escalón" para llegar cerca del 5%.
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Los últimos movimientos en la economía china han encendido las alarmas acerca de su desempeño y la posibilidad de que llegue a su meta oficial de 5% de expansión del Producto Interno Bruto (PIB) para este año.
Frente a la declaración que hizo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, asegurando que la economía de China es una “bomba de tiempo”, el economista Aldo Lema analiza la situación.
“De la desaceleración estructural de China suele derivarse una perspectiva pesimista y preocupante, quizás algo exagerada, porque era natural y esperable el tránsito hacia un menor crecimiento potencial”, escribió en una columna de opinión para El País de Uruguay.
Sin embargo, apuntó a que “China crece menos porque ya creció mucho”, comparándolo con las experiencias de Corea del Sur y Taiwán. Recordó que el gigante asiático tuvo un incremento del PIB en una tasa promedio anual de 0% en los 35 años siguientes de las reformas de Deng Xiaoping y que en la última década la expansión descendió a 6%.
Así, espera que el crecimiento potencial de China “debería haber bajado otro escalón”, cercano al 5%.
No obstante, estima que con una tasa de inversión cercana al 45% del PIB, es díficil contrarrestar la desaceleración “sin mejoras sustantivas de los aportes del capital fijo y la productividad”. A esto se suman desafíos como el declive de la población, la lenta diseminación de las mejoras en educación y nuevas reformas liberalizadoras que estimulen la eficiencia y la innovación en varios sectores.
A pesar de esto, precisa que la incidencia de China en la expansión económica del mundo sigue siendo similar, pasando de tener un peso de 10% al 20% del PIB mundial en los últimos 15 años. “Ahora crece menos, pero lo hace a partir de “una base mucho más grande”, explica.
Estabilización a corto plazo
A los impactos externos -como la crisis financiera de 2008, la guerra comercial con EEUU en la era Trump, la pandemia-, se le añaden la lenta implementación de políticas de oferta, el alto endeudamiento en las provincias y algunos sectores económicos, la crisis de empresas inmobiliarias, el enorme desempleo juvenil “y el deterioro en el clima de negocios por mayor dirigismo e intervención estatal de los últimos años en ciertos conglomerados económicos”.
Sin embargo, Lema rescata que “continúa vigente su capacidad de desarrollar políticas contracíclicas porque casi no las usó en la pandemia, ni tiene grandes desequilibrios macro”.
El economista indica que su tasa de ahorro nacional sigue estando en torno a 45% del PIB, la Balanza de Pagos tiene un superávit y la tasa de interés muy inferior al crecimiento. Mientras que las caídas de los precios de commodities condujeron a una deflación, la cual en conjunto con la depreciación del yuan, “se exportan al mundo y validan ciertas políticas expansivas”. También con la baja de tasa por parte del Banco Central y la tasa de interés referencial a sólo 2,5% y se proyectan impulsos fiscales con mayor gasto en infraestructura y cierta expansión discrecional del crédito.
“Todo eso probablemente ayudará a estabilizar el crecimiento en el corto plazo, pero no necesariamente mejorará la perspectiva estructural para la segunda mitad de esta década, a menos que haya cambios sustantivos en políticas de oferta”, indica el economista.
Agregando que “así la economía china tiene mecanismos y espacios para desactivar riesgos en lo inmediato. Habrá que ver si también a la larga”.