Una nueva amenaza existe para la calificación crediticia de España. Los
analistas de Citigroup adviertieron que Standard & Poor's podría bajar el
ráting 'AA+' de la deuda pública española durante 2010 ante la imposibilidad de
que el gobierno que preside José Luís Rodríguez Zapatero pueda cumplir las
exigencias de la agencia.
No obstante, el
informe publicado hoy por el banco estadounidense señala que la posible rebaja
no se produciría de forma inminente.
Citigroup recuerda en su informe que, actualmente, España
tiene el mayor déficit primario de todos los miembros de la zona euro y que
dicho déficit es consecuencia de todos los estímulos fiscales adoptados en los
últimos dos años y del impacto negativo de la recesión global en el déficit
estructural.
Según los analistas del banco estadounidense, al un saldo
primario de ajuste cíclico alcanza actualmente el 8% del Producto Interno Bruto
(PIB) español. Con este porcentaje, la exigencia de S&P para evitar la
rebaja del ráting implica un ajuste fiscal del 10% del PIB hasta 2012.
Para Citi un movimiento fiscal de este tipo en los próximos
tres años es "muy improbable" para "un Gobierno que ya ha sido
debilitado por una pérdida significativa de consenso".
Por su parte, la agencia de calificación crediticia
considera que el Gobierno español cuenta con tiempo suficiente para alcanzar el
consenso político necesario para respaldar respalde una "creíble
consolidación fiscal". No obstante, los analistas de Citi califican de
"enorme" el ajuste fiscal requerido por S&P.
"Esto requería ver una consolidación fiscal creíble que
pudiera llevar el saldo primario a un superávit del 2% del PIB en 2012",
señaló el informe del banco estadounidense.
Otro aspecto negativo para Citi es que las medidas de ajuste
anunciadas por el gobierno en los Presupuestos Generales del Estado para 2010
año suponen un 1% del PIB, una cifra muy alejada del objetivo que exige S&P
a España.
Advertencia de S&P
S&P confirmó ayer la nota 'AA+' de la deuda pública de
España, aunque revisó a la baja la perspectiva de crédito, que pasa de
"estable" a "negativa", ante las previsiones de bajo
crecimiento económico y la persistencia de un elevado déficit fiscal.
Un crecimiento del PIB significativamente más bajo y a la
persistencia de déficit fiscales elevados a medio plazo son los dos motivos
principales por los que la agencia de calificación crediticia ha optado por
cambiar sus perspectivas sobre España.