La Comisión Europea (CE) ha admitido la
necesidad de impulsar medidas "a corto plazo" para solucionar la
subida de precios de los alimentos, ya sea con una mayor vigilancia
de la cadena de distribución alimentaria o dentro de la Política
Agrícola Común (PAC).
El Ejecutivo comunitario debatió sobre las causas del actual
encarecimiento de los alimentos, entre las que considera la escasez
de oferta, el aumento de la demanda o la volatilidad de los
mercados, pero Bruselas insiste en exculpar de este problema a los
planes de la UE para fomentar los biocarburantes.
La Comisión constató que la subida de precios alimentarios en
todo el mundo se debe a "factores diversos" y que "la falta de una
respuesta global ha exacerbado la crisis", dijo en rueda de prensa
el portavoz de la CE, Johannes Laitenberger.
Por este motivo, la CE presentará una propuesta a los líderes de
la UE sobre el estado de los precios alimentarios, como estrategia
de cara a las reuniones del G-8 (grupo de países más
industrializados del mundo y Rusia).
La CE estima que las medidas más convenientes en "respuesta" a la
crisis de precios pasan por estudiar "cómo puede utilizarse la PAC
en caso de necesidad", ayuda a los países más pobres, vigilar la
cadena alimentaria en toda la UE y potenciar la producción de
alimentos, según el portavoz.
Entre los factores que han provocado el encarecimiento
alimentario figuran, según la CE, el incremento mundial de la
demanda y del consumo en China e India, las malas cosechas, la
subida de los precios de la energía, la situación del dólar y la
volatilidad de los mercados.
Sin embargo, Bruselas rechaza que las políticas del fomento de
biocarburantes estén repercutiendo en la escasez y en el
consiguiente incremento de precios de los alimentos.
Según varios portavoces de la CE, el objetivo de la UE de que en
2020 un 10% del consumo de energía en el transporte proceda de los
biocombustibles es "sostenible" y no va a perjudicar al
abastecimiento alimentario en Europa.
Por el contrario, el fomento de los biocarburantes podría
contribuir según Bruselas, a un recorte de los precios del petróleo.
Desde la CE insisten en que se han impuesto criterios para
asegurar que la materia prima usada en los biocombustibles se ha
obtenido de forma respetuosa con el medio ambiente y señalan que se
están potenciando los biocarburantes de segunda generación (que no
se obtengan con cultivos para producción de alimentos).
La comisaria europea de Agricultura, Mariann Fischer Boel, señaló
esta semana que el biocombustible no puede convertirse en el "chivo
expiatorio" y dijo que sólo el 1% de la cosecha europea de cereal se
destina a bioetanol.
Los portavoces de la CE se refirieron a las medidas que el
Ejecutivo de la UE prevé dentro de la llamada revisión o "chequeo
médico" de la PAC, cuyo proyecto legislativo hará público el día 20
en Estrasburgo (Francia).
En concreto, Bruselas baraja la supresión definitiva del régimen
de barbecho obligatorio, que para esta campaña ya se ha interrumpido
y que suponía obligar al agricultor a retirar el 10% de sus tierras
para el cultivo de cereal.
La CE pretende suprimir las cuotas lecheras definitivamente en
2015 y entre tanto baraja un incremento gradual de esos cupos.
En la revisión de la PAC se prevé eliminar la ayuda especial que
hay ahora para los cultivos de cereal o remolacha, entre otros,
destinados a la obtención de biocarburantes.
Asimismo, la Comisión estima que con su intención de convertir el
máximo posible de ayudas en un pago independiente de que el
agricultor produzca o no, el sector será "más libre" para obtener lo
que el mercado quiere, afirmó el portavoz comunitario de
Agricultura, Michael Mann.
Sin embargo, en este punto los agricultores no están de acuerdo
con la CE y creen que las políticas "liberalizadoras" de la UE
tienen la culpa de la escasez de alimentos, paradójicamente en
Europa, la región más fértil del mundo, según la organización
agraria española COAG y la francesa CPE.