El presidente de Estados Unidos,
George W. Bush, advirtió hoy que se aproximan "tiempos difíciles" en
la economía y propuso, entre otras medidas para hacerles frente,
aumentar la explotación de crudo en territorio nacional.
En una rueda de prensa en la Rosaleda de la Casa Blanca,
convocada para tratar de calmar los temores de los ciudadanos sobre
la situación económica, Bush afirmó que la economía atraviesa por un
"periodo muy lento".
Sin embargo, no quiso opinar si ha entrado en un periodo de
recesión: "cómo se defina da igual a la hora de responder a la
preocupación que sienten los ciudadanos", apuntó.
Mañana se darán a conocer las cifras de crecimiento del último
trimestre, que se espera alcancen solo un aumento de alrededor del
0,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
El mandatario instó al Congreso a hacer más para reactivar la
economía y propuso aprobar leyes que permitan aumentar la
prospección y explotación de petróleo y gas natural en territorio
estadounidense, en concreto en la Reserva Natural de Alaska (ANWR),
actualmente protegida.
"Los cálculos del Departamento de Energía prevén que la ANWR
podría permitir producir un millón de barriles de petróleo
adicionales diarios", un 20 por ciento más de la producción del
país, señaló.
Bush se quejó de que no se haya construido una refinería nueva en
suelo estadounidense en los últimos 30 años.
"Debemos dar una señal a los mercados de que estamos dispuestos a
explorar en nuestro territorio, y de que vamos a construir nuevas
refinerías", dijo tras reconocer la "ansiedad" que sufren los
ciudadanos por los altos precios de los combustibles.
En los últimos días, los precios del crudo tipo Texas han
alcanzado récords en torno a los 120 dólares el barril, en tanto que
el precio medio de la gasolina se encuentra en EE.UU. cerca de los 4
dólares el galón (3,79 litros).
El jefe de la Casa Blanca se lamentó de que el Congreso,
controlado por la mayoría demócrata, haga llamamientos a los países
petroleros para que incrementen sus producción y se oponga, por
contra, a autorizar nuevas prospecciones en suelo estadounidense.
Además, rechazó la propuesta que han lanzado los demócratas de
imponer un impuesto a las compañías petroleras, que este año están
alcanzando beneficios récords, dado que, en su opinión, este
gravamen se "trasladaría al consumidor vía precios".
El gobernante descartó también la posibilidad de utilizar la
reserva nacional de petróleo, al considerar que no serviría para
moderar los precios.
Apuntó que la demanda mundial diaria es de 85 millones de
barriles diarios, mientras que cada día Estados Unidos compra entre
67.000 y 68.000 barriles para añadir a su reserva, tan sólo "una
décima parte de un 1 por ciento de la demanda global".
"Creo que conviene a nuestros intereses nacionales tener la
reserva llena, en caso de que se produzca una interrupción del
suministro de crudo en el mundo", apuntó.
Bush se mostró dispuesto, en cambio, a estudiar la propuesta que
defienden el candidato republicano a la Casa Blanca, John McCain, de
establecer una moratoria en las tasas sobre las gasolinas durante el
verano, la etapa de mayor consumo.
"Estoy abierto a analizar cualquier idea que aparezca", comentó
en relación a la propuesta de McCain, que respalda también la
aspirante demócrata Hillary Clinton.
En su intervención, Bush también aprovechó para pedir una vez más
al Congreso la ratificación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con
Colombia, que, según él, también beneficiaría a la economía
estadounidense.
El presidente estadounidense repasó la situación internacional y
aseguró que en Afganistán se están logrando progresos, si bien
admitió que "la situación es difícil".
En relación a Oriente Medio, indicó que mantiene sus esperanzas
de llegar a un acuerdo entre israelíes y palestinos antes de que
expire su mandato.
Aludió, asimismo, a las revelaciones difundidas por su Gobierno
la semana pasada de que unas instalaciones sirias destruidas por
Israel eran una central nuclear construida con ayuda norcoreana.
Bush explicó que se decidió difundir esa información ahora para
enviar un mensaje a Corea del Norte, Irán y Siria contra cualquier
intento de hacer proliferar la tecnología nuclear.