La crisis económica de EE.UU. y la
actitud negativa hacia los inmigrantes podrían reducir en un 25% el número de personas que enviarán este año remesas a
Latinoamérica, lo que afectará a millones de familias en la región,
señaló hoy el BID.
Las proyecciones se basan en una encuesta hecha entre 5.000
latinoamericanos residentes en Estados Unidos y compara los
resultados con los que se obtuvieron en el último sondeo similar
realizado en el 2006.
El estudio, capitaneado por el Fondo Multilateral de Inversiones
(FOMIN), que forma parte del Banco Interamericano de Desarrollo
(BID), señala que unos 9,4 millones de latinoamericanos residentes
en EE.UU. podrían mandar dinero este año a sus países, frente a los
alrededor de 12,6 millones que lo hicieron en el 2006.
El organismo advirtió que esta tendencia tendrá dos impactos
negativos a corto plazo.
La primera será que al menos dos millones de familias
latinoamericanas, la mayoría de ellas en México, caerían por debajo
de la línea de la pobreza, lo que tendría otra posible segunda
repercusión: más personas dejarían sus hogares.
El análisis de los datos de la encuesta revela también que los
inmigrantes que mandan remesas envían montos más altos y con mayor
frecuencia, lo que sirve para compensar la caída en el número de
personas que transfieren dinero.
Eso hará que el volumen de remesas desde EE.UU. hacia América
Latina se mantenga estable en el 2008, en alrededor de US$45.900
millones, en línea con las cifras del 2006 y 2007.
El monto total de transferencias a la zona en el 2007, que
incluye el dinero enviado también desde Europa y Japón, fue de
US$66.500 millones, según los datos del BID.
Por lo demás, el estudio muestra que la desaceleración de la
locomotora económica estadounidense ha pasado factura a los
hispanos.
Así, la tasa de desempleo entre los latinos se situó en el 7,1% en el primer trimestre del 2008, frente al 5,2%
del 2006.