Las diferencias entre el gobierno de
Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la
inflación se pusieron de manifiesto hoy de nuevo en la sede del
organismo donde ambas partes expresaron visiones diferentes sobre
cómo combatirla.
El director gerente del FMI, Anoop Singh, señaló que en
situaciones "complejas", como la argentina, "todas las herramientas
macroeconómicas disponibles deben ser usadas".
Esa fue la evaluación hecha por el Consejo Ejecutivo del
organismo "hace algún tiempo", explicó.
Fundamentalmente, las herramientas macroeconómicas para combatir
la inflación son la reducción del gasto público y la subida de las
tasas de interés.
Singh alertó en una rueda de prensa del aumento de la inflación
en América Latina en general, impulsada por el alza de los precios
de los alimentos y la energía.
Por su parte, Martín Lousteau, ministro de Economía de Argentina,
afirmará mañana en un discurso ante el principal órgano de gobierno
del FMI que subir las tasas de interés "no ayudará a contener los
precios de los alimentos".
"Los mayores precios de los alimentos son parte de un cambio en
los precios relativos (de distintos productos) que no requieren un
ajuste de la política monetaria", dirá Lousteau en el discurso ante
el Comité Monetario y Financiero Internacional (IMFC), que fue
distribuido hoy a la prensa en inglés.
Ante el alza de los precios, el Fondo urge a los países a no
imponer restricciones a las exportaciones porque aumentan el valor
de los alimentos a nivel mundial y reducen el incentivo de cultivar,
según explicó en un documento sobre el tema divulgado esta semana.
Esa es otra área de discordia con Argentina, que ha impuesto
gravámenes a las exportaciones de granos, como una medida para que
éstos se queden en el país y bajen sus precios.
Lousteau defenderá mañana los controles en su discurso. Indicará
que el aumento de los precios de los alimentos justifica en su país
la "intervención de forma responsable de las autoridades económicas
para garantizar la protección del interés y el bienestar de todos
los ciudadanos, especialmente de los sectores más vulnerables de la
población".
Singh fue preguntado por esa política, pero no quiso
pronunciarse. También se le preguntó sobre los deseos de Argentina
de negociar su deuda en mora con el Club de París, por más de 6.000
millones de dólares, sin la participación del FMI, que hasta ahora
siempre ha intervenido en ese tipo de operaciones.
"El Club de París tiene sus reglas y si se invocan esas reglas de
una forma que requiera que el Fondo sea de ayuda, estaremos deseosos
de serlo y de jugar un papel constructivo", dijo Singh.
El jefe de Gabinete argentino, Alberto Fernández, sugirió hoy en
Buenos Aires que sea el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y
no el FMI el organismo que estime la capacidad de su país de pagar
su deuda como parte de un acuerdo con el Club de París, que agrupa a
países acreedores.
En su discurso ante el IMFC -que Lousteau dará en nombre de
Bolivia, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay, además de su propio país-
el ministro argentino también se referirá al proceso de reforma de
la institución.
Lousteau se manifestará en términos negativos sobre el proyecto
de redistribución del voto, que recibió el visto bueno del Consejo
Ejecutivo del FMI el 28 de marzo y que está pendiente de
ratificación por los países miembros.
"El texto enviado para nuestra aprobación no garantiza que habrá
ajustes periódicos de la cuota", se quejará el ministro.
"Esta reforma puede congelar el status quo por largo tiempo",
añade Lousteau en el texto, aunque no aclara si su país rechazará el
plan.
En la votación en el Consejo Ejecutivo, el director que
representa a Argentina y al resto del Cono Sur, excepto a Brasil, se
abstuvo.
Todos los grandes países latinoamericanos, menos Brasil y México,
pierden voto con la nueva fórmula de reparto de poder en el FMI.