El Gobierno argentino resolvió
reabrir la exportación por cupos de carne vacuno a partir de mañana
mediante normas que decepcionaron al sector agropecuario en
conflicto por la presión del Fisco y las regulaciones oficiales.
Una resolución publicada hoy en el Boletín Oficial del Estado
reabre el cupo de exportación de 550.000 toneladas de carne vacuna
al año y además libera la de carnes de vaca "de conserva" (de baja
calidad), que no se consume en este país.
Sin embargo, la resolución dispone que las operaciones deberán
ser autorizadas por la Oficina Nacional de Control Comercial
Agropecuario, que depende del secretario de Comercio Interior,
Guillermo Moreno, a quien se atribuyen presiones al sector privado
para contener los precios de los alimentos.
Las exportaciones de carne de vacuno, un negocio de unos US$1.300
millones, estaban paralizadas desde el 1 de abril
pasado, cuando vencieron las normas que las regían, en medio del
largo conflicto con el campo.
La reapertura había sido prometida a los dirigentes de las cuatro
principales asociaciones agropecuarias del país este viernes, cuando
venció la "tregua" de un mes que habían declarado el 2 de abril, al
cabo de 21 días de huelga y de bloqueos de carreteras.
Los dirigentes del campo resolvieron este viernes reanudar las
protestas, pero sin huelga comercial ni cortes de carreteras, con el
fin de mantener un canal de diálogo con el Gobierno.
Las autoridades resolvieron reabrir las exportaciones cárnicas a
falta de un mes para que venza el plazo que tiene Argentina para
colocar las 5.000 toneladas que le faltan para completar la Cuota
Hilton (cortes de calidad) en la Unión Europea (UE).
La paralización obligó a las empresas frigoríficas a suspender o
recortar el horario de trabajo y por tanto el salario de unos 7.000
operarios.
Javier Jayo, secretario de Confederaciones Rurales Argentinas,
una de las asociaciones en conflicto, sostuvo hoy que la normativa
que reabre las exportaciones cárnicas "en realidad las entorpece".
"Vuelve a poner en vigor un registro de exportadores y para
exportar ahora se requiere del permiso" del organismo de control
comercial, apuntó a la radio Continental de Buenos Aires.
"Esto no soluciona el problema" del sector, subrayó Jayo, para
quien "ahora hay que ver cuándo" aparecerán las autorizaciones de
exportación "y que los frigoríficos digan qué están exportando".
Los dirigentes del campo también reclaman que se levante la veda
a las exportaciones de trigo, vigente desde octubre pasado, que
cambien las regulaciones que pesan sobre la lechería y se ayude a
refinanciar deudas de pequeños y medianos productores.
Argentina es el primer exportador mundial de girasol, el segundo
de maíz, el tercero de soja, el cuarto de trigo y el sexto de carne
vacuna, además de ocupar puestos de relevancia en el comercio global
de aceites vegetales y harinas.
Está previsto que las negociaciones con las asociaciones
agropecuarias, que reúnen a más de 290.000 productores de todo
tamaño, se reanuden este martes para tratar la política de impuestos
a las exportaciones de soja, trigo, girasol y maíz, el tema de mayor
conflicto.
Cientos de productores que no están afiliados a las asociaciones
agropecuarias se han instalado este fin de semana a la vera de
varias carreteras para manifestar su rechazo al sistema que fija el
impuesto a las exportaciones de granos con base en la evolución de
los precios internacionales, lo que desató el conflicto, el 11 de
marzo pasado.