El ministro argentino de trabajo, Carlos
Tomada, llamó hoy a las empresas líderes a exigir de sus socios,
proveedores y subcontratistas en países emergentes los mismos
principios de responsabilidad social que aplican a sus trabajadores.
"La tendencia seguida por esas empresas en los países emergentes
es a la tercerización precarizante...a la evasión del cumplimiento
de normas mínimas, a la rebaja de costos por la peor vía", dijo en
la apertura en París de una conferencia de dos días de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y
la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La creciente globalización económica ha traído aparejada
consecuencias negativas para los trabajadores de la mayor parte de
los países del mundo, especialmente de los menos desarrollados,
entre los que se incluyen los latinoamericanos, se lamentó el
ministro.
La Conferencia sobre Responsabilidad Social de las Empresas en
una economía globalizada fue convocada a petición de los líderes del
G8 (los siete países más industrializados más Rusia), en su cumbre
de junio pasado.
A ella asisten representantes de Gobiernos, empresarios,
sindicatos e instituciones como la Comisión Europea con el objetivo
de compartir experiencias sobre las ventajas e inconvenientes de las
políticas públicas destinadas a animar a las empresas a asumir un
comportamiento responsable en materia de empleo y relaciones
laborales.
Otro objetivo es permitir a la OCDE y la OIT unir esfuerzos para
dar a conocer mejor a nivel mundial sus principios en esta materia,
cuya puesta en práctica no es obligatoria.
Estas directrices, que consagran la abolición del trabajo
infantil, la no discriminación, el derecho a sindicarse y la
seguridad y la salud en el trabajo, entre otros derechos, están
recogidos en los Principios Rectores de la OCDE para multinacionales
de 1976 y en la Declaración Tripartita sobre multinacionales y
política social de la OIT de 1977.
"Nuestra meta es reducir la incidencia de la violación de estas
normas", señaló en su discurso de inauguración el secretario general
de la OCDE, Ángel Gurría, quien animó a todos los países a adherirse
a estos principios y a los que ya lo han hecho a "cumplirlas".
El mexicano Gurría expresó el deseo de que las directrices de la
OCDE "se conviertan en parte de nuestra cultura. Que sean una regla
y no una excepción, un modo de vida".
En la actualidad, un 80% de las grandes empresas a nivel mundial
tienen en cuenta la igualdad en las oportunidades de empleo o la
salud y la seguridad en el lugar de trabajo, subrayó Gurría al
referirse a los cambios registrados en la última década en este
campo.
Por su parte, Tomada abogó hoy por la creación en los países
emergentes de una sociedad del trabajo, una "economía del mercado
que apuesta por la creación de empresas con responsabilidad social,
con eje en el trabajo asalariado, protegido por la legislación y con
alta participación de los actores sociales".