Trump ataca a Alemania por inmigración en medio de críticas a su política doméstica
El jefe de Estado responsabilizó erróneamente a los indocumentados por los altos índices de criminalidad en Europa. La ONU pidió a Washington poner fin “inmediatamente” al programa “tolerancia cero”.
- T+
- T-
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, apuntó ayer su artillería contra el gobierno de Alemania sobre el manejo de la crisis migratoria que atraviesa esa nación, en un intento por desviar las crecientes críticas sobre su política doméstica que separa en la frontera a niños indocumentados de sus padres.
“El pueblo alemán se está revelando en contra de sus líderes mientras la inmigración sacude a la debilitada coalición de Berlín. El crimen está en ascenso. Un gran error por parte de Europa al permitir el ingreso a millones de personas que han cambiado la cultura tan fuerte y violentamente”, dijo el mandatario en Twitter.
Sus comentarios -aunque imprecisos en cuanto a estadísticas- se produjeron en medio de una serie de tweets sobre la situación interna con los que además culpó a los demócratas de ser responsables de los problemas migratorios.
Más tarde, al comienzo de una reunión con el Consejo Nacional Espacial en la Casa Blanca, Trump aseguró que “EEUU no será un campamento de inmigrantes”. “No seremos un centro para recibir refugiados, eso no sucederá bajo mi mandato”, aseveró.
La medida ha causado revuelo entre activistas de derechos humanos, Naciones Unidas, demócratas y republicanos, y ha elevado la voz del expresidente Bill Clinton, la exprimera dama Laura Bush, y la propia esposa de Trump.
Debate migratorio
Desde el domingo, las principales figuras de ambos partidos empezaron a exigir al presidente que detenga la práctica de “tolerancia cero”, pues consideran que el tema polariza aún más el ya conflictivo debate de inmigración.
El expresidente Bill Clinton consideró que “los niños no deberían ser usados como herramienta de negociación” y apostó por la reunificación con sus familias.
El exgobernador de Ohio y exprecandidato presidencial republicano, John Kasic, explicó que “es posible asegurar las fronteras sin acciones moralmente equivocadas y vergonzosas”. En tanto, el senador demócrata por Maryland, Chris Van Hollen, consideró que “esto trasciende la política”.
Trump ha tratado de culpar a los demócratas por la medida -aunque su partido controla ambas cámaras del Congreso- y les ha pedido “cambiar la ley”. “¿Por qué los demócratas no nos dan los votos para arreglar las peores leyes de inmigración del mundo?”, escribió en la red social.
A ello respondió la excandidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, asegurando que señalar a su partido como culpable es una “mentira absoluta”.
Esta semana, el Congreso empezará a legislar sobre el tema, sumando más presión sobre Trump a quien le atribuyen las separaciones que han dejado, en sólo seis semanas, a más de 2 mil niños aglutinados en refugios.
Férrea defensa
La secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, salió al paso de Trump y defendió su reclamo argumentando que, entre octubre y febrero, hubo un aumento de 315% en la cifra de indocumentados que usaron “fraudulentamente” a niños para posar como familias con el fin de ingresar al país.
En la misma conferencia, el fiscal general, Jeff Sessiones –uno de los más férreos defensores de la medida- dijo que los estadounidenses deben decidir si ser “un país de leyes o un país sin fronteras”.
La posición oficial fue rechazada por el jefe de derechos humanos de la ONU, Zeid Ra’ad al-Hussein, quien pidió a Washington “poner fin inmediatamente a la práctica de separación forzada”. A él se unió el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien advirtió que los niños no deben ser traumatizados por la separación de sus padres.
A juicio del gobierno de Trump, la política de puertas abiertas de Angela Merkel ha permitido que el crimen vaya en ascenso. “No queremos que lo que está pasando en Europa con la inmigración nos pase a nosotros”.
Sin embargo, su aseveración contrasta con las estadísticas oficiales más recientes, que muestra que la tasa de criminalidad ha bajado 10% en un año y que está en el nivel más bajo desde 1992.
Primeras damas alzan la voz por separación de familias en la frontera
La primera dama de EEUU, Melania Trump, rompió ayer el silencio al que suele tener acostumbrados a los medios para criticar la política implementada por el gobierno de su marido respecto de los ilegales que cruzan la frontera desde México.
A través de su portavoz, Stephanie Grishman, Melania aseguró que "odia ver a los niños separados de sus familias y que espera que ambos lados (demócratas y republicanos) finalmente puedan unirse para lograr una reforma migratoria exitosa".
Asimismo, dijo que "creo que es necesario un país en el que se cumplan todas las leyes, pero también un país que gobierne con corazón".
En tanto, Laura Bush -la última primera dama republicana antes de la actual-, se pronunció enérgicamente en contra de la medida, en lo que fue considerada una rara incursión en la política interna.
En una dura columna en The Washington Post, Bush comparó la medida con los campos de internado para japoneses-estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial, lo que "actualmente es considerado uno de los episodios más vergonzosos de la historia de Estados Unidos".
"Aprecio la necesidad de hacer cumplir y proteger nuestras fronteras internacionales, pero esta política de tolerancia cero es cruel. Es inmoral. Y me rompe el corazón", escribió.
Atribuyó la situación completamente a la actual administración y dijo: "Nuestro gobierno no debería estar en el negocio de depositar niños en almacenes reconvertidos o hacer planes para colocarlos en tiendas de campaña provisorias en el desierto a las afueras de El Paso", en alusión a que gran parte de los menores están alojados en un antiguo Walmart en Texas.
Su mensaje fue compartido en Twitter por el expresidente demócrata Barack Obama y por su esposa, Michelle, quien añadió en la red social: "A veces, la verdad trasciende el partido".