La estrecha victoria de la presidenta Dilma Rousseff en Brasil se enfrentó con una fría realidad ayer, cuando los mercados financieros se derrumbaron por las dudas de que la mandataria sea capaz de restaurar la confianza en la economía en su segundo período y mantener el apoyo político en un país altamente dividido.
La candidata del Partido de los Trabajadores (PT) se impuso por 51,64% de los votos, frente al 48,36% de su rival, Aécio Neves, en el margen más estrecho de la historia brasileña. El índice bursátil Bovespa cerró con una caída de 2,8%, pero llegó a hundirse 6,2% al inicio de la jornada, mientras que el real registró el mayor descenso mundial, bajando 1,9% a un mínimo en nueve años. Las acciones más castigadas fueron las de la petrolera estatal Petrobras, que retrocedieron 12%. El Bovespa ha caído 18% desde el 2 de septiembre. "Muchos sectores de la economía han sufrido bastante en los últimos años, y aun cuando la presidenta ha señalado cambios y un mayor diálogo, el mercado está escéptico", dijo a Bloomberg Alexandre Povoa, ex CEO de Modal Asset Management. "Se tendrán que hacer cambios a la política económica y fiscal y los inversionistas están esperando para ver cuán sólidos y concretos son".
Equipo económico
Los analistas coinciden en que la atención de los próximos días se concentrará en la formación del equipo económico de la presidenta. La decisión de quién ocupará el cargo de ministro de Hacienda en reemplazo de Guido Mantega debe ser clara y rápida, aseguran, para evitar que el país tenga una rebaja en su calificación de crédito.
Los analistas coinciden en que la atención de los próximos días se concentrará en la formación del equipo económico de la presidenta. La decisión de quién ocupará el cargo de ministro de Hacienda en reemplazo de Guido Mantega debe ser clara y rápida, aseguran, para evitar que el país tenga una rebaja en su calificación de crédito.
Los analistas coinciden en que la atención de los próximos días se concentrará en la formación del equipo económico de la presidenta. La decisión de quién ocupará el cargo de ministro de Hacienda en reemplazo de Guido Mantega debe ser clara y rápida, aseguran, para evitar que el país tenga una rebaja en su calificación de crédito.
"Es un problema de estilo de gestión", dijo a Bloomberg. "Se debe descentralizar, fortalecer el puesto ministerial para que sea más atractivo ser ministro de Hacienda".
Medidas de estímulo
El gobierno aseguró ayer que la economía mejorará a partir de septiembre y anticipó posibles medidas de estímulo. "Podemos verificar que la economía está volviendo a crecer en el tercer trimestre. Gradualmente, es verdad, pero la tendencia es que esa recuperación va a continuar en el tercer y cuarto trimestre", afirmó Mantega en conferencia de prensa.
El gobierno aseguró ayer que la economía mejorará a partir de septiembre y anticipó posibles medidas de estímulo. "Podemos verificar que la economía está volviendo a crecer en el tercer trimestre. Gradualmente, es verdad, pero la tendencia es que esa recuperación va a continuar en el tercer y cuarto trimestre", afirmó Mantega en conferencia de prensa.
Para conservar el empleo, "hay que continuar el estímulo a la inversión". Mantenga no especificó cuáles serán esos estímulos o si incluyen nuevas medidas, pero el viceministro de la cartera, Paulo Caffarelli, afirmó a periodistas que "tendremos varias medidas de estímulo para la industria", gracias a las cuales "podemos esperar que la economía repunte".
Respecto de la caída del Bovespa, Mantega declaró que el escenario de mayor turbulencia se calmará "pasadas las elecciones", y que la caída de las bolsas es un fenómeno mundial. "Hoy todas las bolsas están cayendo. No van a decir que esto es causa del proceso electoral en Brasil", dijo, y agregó que la caída del precio de los commodities está afectando a todos los mercados. "Estoy feliz con el resultado de las elecciones, porque muestra que la población aprueba la política económica que estamos aplicando", destacó.
Fitch prevé alza en ratings negativos a empresas
Según BCI, Latam, Cencosud y Embotelladora Andina sentirán presión a la baja.
La agencia de calificación Fitch advirtió ayer que su previsión de un escenario difícil para las empresas brasileñas no cambió con el resultado de las elecciones. Para la firma, los problemas sistémicos, como la inflación y el complejo código tributario del país, seguirán golpeando los flujos de caja de las compañías, según declaraciones recogidas por Valor. Además, la demanda doméstica se mantendrá baja, al igual que la confianza del consumidor, que no se recuperará en el corto plazo. "Estos desafíos, además de precios menores de los commodities, probablemente harán que el apalancamiento de las empresas aumente, lo que puede impulsar también el número de ratings negativos a lo largo de 2015", aseguró. En esta línea, las inversiones que eliminen los cuellos de botella de logística serán fundamentales para acelerar el crecimiento.
"Señales más claras de reducción de la participación del Estado en el sector privado durante el segundo mandato serán importantes para mejorar la confianza de los empresarios e incentivar las inversiones", dijo. Será crucial atraer capital privado para los grandes proyectos de infraestructura para restaurar la calidad del crédito de las empresas brasileñas en 2015, agregó. El próximo año, cerca de un 15% de las 82 empresas brasileñas que Fitch califica podrían sufrir una alteración negativa en sus ratings. Las empresas del sector eléctrico, de azúcar y etanol serán las más vulnerables a futuras rebajas.
Empresas chilenas
El banco BCI, por su parte, planteó ayer en una nota a clientes que las acciones chilenas con mayor exposición al mercado brasileño sentirán presión a la baja en el corto plazo, como Latam Airlines, Cencosud y Embotelladora Andina. Latam obtiene un 44% de sus ingresos de Brasil, Cencosud recibe un 21% y Andina obtiene 42%, según datos de Bloomberg.
mandataria terminó extenuada
La presidenta brasileña Dilma Rousseff pasó el día posterior a la jornada electoral en el Palacio da Alvorada descansando y sin compromisos oficiales.
Al final de la mañana recibió la visita del asesor especial para Asuntos Internacionales de la presidencia, Marco Aurelio Garcia, aunque por el momento no hay información oficial sobre futuros viajes de la presidenta. Después de la intensa campaña que Rousseff sostuvo para lograr la reelección, fuentes en medios brasileños señalan que la presidenta no tiene agenda oficial establecida para los próximos días con el objetivo de poder reponerse del esfuerzo realizado en la recta final de su campaña.
Durante el periodo electoral, la presidenta tuvo problemas en la voz a consecuencia de su apretada agenda y llegó a sufrir una caída de presión después de uno de los dos debates en que participó. Hasta final de año, Rousseff debe hacer al menos tres viajes oficiales internacionales, entre ellos la reunión del G20 en Australia, los días 15 y 16 de noviembre y, con posterioridad, una visita oficial a Japón.
La elección del equipo económico definirá el papel de Lula en el nuevo gobierno
Si la opción de la mandataria es contraria a la de Lula le estará enviando un mensaje.
La definición del equipo económico será el primer indicio de la influencia que Luiz Inácio Lula da Silva ejercerá en el nuevo gobierno de Dilma. Es lo que señalan a Valor, en privado, miembros del Partido de los Trabajadores (PT), desde los más cercanos al ex presidente, hasta los que buscan entrar al restringido grupo de confianza de la mandataria reelecta. La elección del próximo ministro de Hacienda será crucial en este sentido: habiendo mantenido un estrecho contacto con el empresariado en los años fuera del Planalto, Lula le habría indicado a Dilma que el diseño óptimo para el próximo período se asemeja al utilizado cuando él asumió el cargo en 2003 –colocó a Antonio Palocci en el Ministerio de Hacienda y a Henrique Meirelles en el banco central–.
Lula, afirman los más cercanos, está dispuesto –y quiere– ayudar con el nuevo gobierno. Algunos sostienen que Lula "va a hacer que Dilma le escuche" y demanda el reencuentro del gobierno con "los que invierten y los que producen". Pero Lula no va a pedir que "por favor" lo dejen ayudar. Es la presidenta quien debe pedírselo. Si la elección de Rousseff va en una dirección contraria a la que imagina Lula -el ejemplo más citado es un eventual nombramiento de Aloizio Mercadante, jefe de gabinete de la Presidencia, como titular de Hacienda-, le estará enviando un claro mensaje al ex presidente: para Rousseff el gobierno es suyo y rechaza la interferencia de Lula en el día a día del Planalto.
Lula, afirman los más cercanos, está dispuesto –y quiere– ayudar con el nuevo gobierno. Algunos sostienen que Lula "va a hacer que Dilma le escuche" y demanda el reencuentro del gobierno con "los que invierten y los que producen". Pero Lula no va a pedir que "por favor" lo dejen ayudar. Es la presidenta quien debe pedírselo. Si la elección de Rousseff va en una dirección contraria a la que imagina Lula -el ejemplo más citado es un eventual nombramiento de Aloizio Mercadante, jefe de gabinete de la Presidencia, como titular de Hacienda-, le estará enviando un claro mensaje al ex presidente: para Rousseff el gobierno es suyo y rechaza la interferencia de Lula en el día a día del Planalto.