Algunas cosas valen la pena pelear por ellas. ¿Qué tal unas pocas islas desiertas ocupadas principalmente por pájaros, cabras y topos? China y Japón parecen pensar que sí, el resto del mundo está alarmado y una mirada a otras disputas territoriales alrededor del mundo muestra que han pasado cosas más extrañas. Hay cerca de 60 de estos conflictos desarrollándose actualmente. Muchos desaparecerán, sin resolverse pero sin daños, 400 años después de que la Paz de Westfalia estableciera la noción de soberanía nacional. Otros son más peligrosos.
El caso en cuestión
China y Vietnam se han acusado mutuamente este mes de embestir contras sus barcos en una confrontación por la exploración china de petróleo en el Mar del Sur de China cerca de las islas Paracelso, que ambos países reclaman.
Cinco meses antes, China proclamó una “zona de identificación de defensa aérea” en un conjunto de islas 1.000 millas al noreste en el Mar del Este de China que Beijing y Japón han disputado desde al menos el siglo XIX (aunque Taiwán también mantiene un reclamo).
En una visita a Beijing en diciembre, el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, dijo que EEUU no reconoce la zona, y que aviones militares de EEUU, Japón y Corea del Sur volaban a través de ella.
El presidente estadounidense Barack Obama reforzó el punto cuando visitó Japón en abril y prometió defender las islas en disputa, llamadas Senkaku en japonés y Diaoyu en chino, y administradas por Japón desde 1972.
Tokio rechaza la idea de que existe incluso una disputa por las islas, y la política del gobierno prohíbe negociaciones que reconozcan el reclamo de China por ellas.
Otra reclamación de China sobre una gran franja de aguas ricas en petróleo y gas en el Mar del Sur de China data de 1947; actualmente hay reclamos paralelos por parte de Vietnam, Filipinas, Brunei y Malasia. China está trabada además en otra disputa con India por la frontera terrestre entre los dos países.
Antecedentes
Una confrontación territorial se convirtió en un tema presidencial en EEUU en 1960: Richard Nixon atacó a John F. Kennedy por negarse a comprometerse con una defensa nuclear de los derechos de Taiwán sobre las islas de Quemoy y Matsu, que también eran reclamadas por China. No pasó mucho y ahora Quemoy es conocida por los cuchillos carniceros que fabrican sus artesanos con las vainas de proyectiles disparados a la isla. La historia revela que China ha tendido a evitar la exacerbación de sus disputas territoriales; los líderes del Partido Comunista han resuelto 17 de las 23 disputas del país desde 1949, algunas veces recibiendo menos de 50% del territorio en cuestión. Otras naciones no siempre son tan conciliatorias. Una guerra fronteriza entre 1998 y 2000 entre Etiopía y Eritrea dejó hasta 70 mil muertos. Argentina y el Reino Unido se enfrentaron en una guerra durante 74 días por las Islas Falkland (Malvinas) en 1982 y 913 personas fallecieron. Algunas batalla territoriales son peleadas en las urnas y en las cortes. La disputa de 200 años ente Reino Unido y España por Gibraltar pareció cerca de una solución en 2002 cuando ambos acordaron una soberanía conjunta. El acuerdo colapsó cuando casi todos los 18 mil habitantes –excepto 200– votaron a favor de seguir como parte de Gran Bretaña. Existen cinco disputas oficiales entre EEUU y Canadá, que comparten la frontera terrestre más larga del mundo y parecen inclinados a “estar de acuerdo en discrepar”. Algunas disputas suben de tono y luego desaparecen. Perú y Ecuador pelearon la Guerra del Cenepa durante un mes en 1995 por una remota área del bosque lluvioso en Amazonas, donde murieron 40 personas. Luego de una mediación de sus vecinos y de EEUU, se firmó un acuerdo en 1998. Perú y Ecuador ahora están en paz.
El argumento
Con China expandiendo su capacidad militar, Japón comenzando a abandonar su pacifismo postguerra, y recursos energéticos en riesgo, algunos analistas ven los conflictos en el Mar del Este de China y el Mar del Sur de China como amenazas a la paz que evocan recuerdos de Europa antes de la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial. Por otro lado, los países involucrados tienen mucho que perder con un conflicto. China y Japón, la segunda y tercera economía mundial, tuvieron un intercambio comercial de US$ 366 mil millones en 2012, y China es el mayor socio comercial de Japón. Siempre existe el peligro, eso sí, de un error de cálculo –dos aviones chocando en el aire, por ejemplo- que podría encender la enemistad. (Bloomberg)