El acceso a la educación superior está determinado por el desarrollo temprano del niño, y no por el tipo de financiamiento de las universidades, asegura el profesor de economía de la London School of Economics (LSE), Nicholas Barr. El experto –que ha asesorado a los gobiernos de Australia, Nueva Zelanda y Chile- es considerado uno de los padres de la reforma de la educación superior implementada en 2006 en Inglaterra, que aumentó los aranceles y permitió la introducción de créditos que paga el propio estudiante una vez que comienza a trabajar.
Cuando se subieron los valores en 2006, "todos decían que eso dañaría el acceso, pero la participación de las personas de orígenes más humildes aumentó en 50% entre 2006 y 2012". La razón, según Barr, se relaciona con "las cosas que había hecho el gobierno británico en los '90".
A fines de esa década, el gobierno implementó una serie de programas en los distintos niveles escolares: "sure start" colocó más recursos en la educación preescolar; "literacy hour" y "numeracy hour" pusieron énfasis en asegurarse de que todos los niños de las escuelas primarias pudieran leer bien y tuvieran habilidades numéricas; y en la escuela secundaria se aplicó un programa para entregar apoyo financiero a los jóvenes desde los 16 años para terminar el colegio y otro para mejorar su información y elevar sus aspiraciones laborales.
"Lo que se hizo en Inglaterra mostró que se puede aumentar los aranceles e incrementar la participación al mismo tiempo", enfatiza Barr, quien participará en el seminario "Desafíos para asegurar el crecimiento y una prosperidad compartida en América Latina", organizado por el Fondo Monetario Internacional, en asociación con el Ministerio de Hacienda de Chile, que se realizará el viernes y sábado en Santiago.
Desarrollo temprano
Su participación se centrará en el capital humano, y la importancia del desarrollo temprano del niño. "Hay mucha evidencia de que la intervención para ayudar a las mujeres a tener un embarazo saludable, resulta en un mejor parto y mejor calidad de vida para ese niño", argumenta.
Asimismo, hay evidencia de que la visita de un trabajador social a las familias de escasos recursos una vez a la semana o una vez al mes, para jugar con los niños, como se hace con Chile Solidario, "tiene resultados tremendamente positivos", porque le demuestra al niño que existen otras realidades, afirma. Pero quizás el factor más determinante es "la importancia de la educación preescolar de alta calidad".
Barr explica que su expertise es en educación superior, pero intentando buscar los factores que determinan el acceso a la universidad llegó a la conclusión de que "lo que daña la participación en la educación superior es no tener buenas notas en el colegio y eso es resultado de cosas que pasaron mucho antes".
De Chile prefiere no hablar. Cuenta que cuando ingresó al Banco Mundial quedó sorprendido al ver a funcionarios experimentados llegar a países que conocían muy poco y decirles qué hacer. "Una política que funcione en un país puede o no ser apropiada para otro país", asegura.
Lo que sí comparte es el caso de Corea del Sur, que ha logrado desarrollarse en 50 años, pese a no tener recursos naturales. "¿Cómo se convirtió en la potencia económica que es ahora? Debido a que ha invertido mucho en educación. Chile tiene una ventaja sobre Corea del Sur, y es que el país sí tiene materias primas, lo que significa que Chile puede gastar más en una etapa temprana y acelerar la inversión en capital humano en formas en que a Corea del Sur le tomó más tiempo".
"El sistema de pensiones necesita un elemento estatal"
Nicholas Barr también se ha destacado por su investigación sobre el sistema de pensiones y su asesoría a los gobiernos del Reino Unido, China, Finlandia, Suecia y Sudáfrica.
"Cuando las personas hablan del problema del envejecimiento, me enojo, porque las personas están viviendo vidas más saludables, lo que es un triunfo fantástico. No tenemos un problema de envejecimiento, sino de retiro muy temprano", afirma.
El problema, asegura, es que la edad de jubilación no es flexible. "Si no se hubiera establecido una fecha de jubilación fija, sino que la fecha de retiro estuviera vinculada de alguna forma a la expectativa de vida, no tendríamos esta discusión ahora".
Respecto de quién debe hacerse cargo de las pensiones, dice que "los mercados deberían hacerlo cuando están presentes las condiciones necesarias para que los mercados sean eficientes. Cuando hay grandes fallas del mercado, entonces hay un argumento de eficiencia para que los gobiernos lo hagan".
Barr conoce bien el caso chileno. De hecho, es miembro de la comisión presidencial sobre reforma al sistema de pensiones, conocida como la comisión Bravo. Es por eso que no puede discutir sus apreciaciones sobre la actual discusión nacional sobre el tema.
"Lo que sí he dicho públicamente es que fui y sigo siendo un fuerte partidario de que Chile haya introducido la reforma en 2008 y haya mejorado la pensión básica. Porque ese es un complemento natural al sistema de cotización individual", destaca.
"Las pensiones tienen múltiples objetivos. Uno de ellos es equilibrar el consumo: la persona en sus años productivos se redistribuye a sí mismo para sus años de retiro. En principio, las cuentas individuales cumplen esta meta. El otro objetivo es la reducción de la pobreza: asegurarse de que no haya pobres.
Las cuentas individuales no hacen eso, así es que se necesita un instrumento diferente. En Chile, las cuentas individuales equilibran el consumo, y las pensiones básicas reducen la pobreza. Cualquier sistema de pensiones bien diseñado necesita tener un elemento estatal en él", explica.