Los empleos son más importantes que los salarios, afirma la OCDE
Para el organismo, las políticas que impulsan la creación de empleos y la productividad deben ser la prioridad tanto para aumentar la prosperidad como para contener el incremento de la desigualdad.
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Los países deberían preocuparse menos por la brecha entre los salarios más altos y más bajos y enfocarse más en la creación de empleos, dijo ayer la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), en un esfuerzo por dar un nuevo enfoque al acalorado debate sobre la desigualdad.
Menos de una semana después de que el Fondo Monetario Internacional se planteara la pregunta de si las políticas “neoliberales” estaban sobrevaloradas, su contraparte de París ha insistido en que son los detalles de las políticas los que más importan para la salud de la economía global, no las etiquetas que se les pueden dar.
En particular, la OCDE dice que las políticas que impulsan la creación de empleos y la productividad, y que por lo tanto aumentan el ingreso nacional general, deben ser la prioridad tanto para aumentar la prosperidad como para contener el incremento de la desigualdad.
Sus conclusiones llegan en momentos en que aumentan las preocupaciones de que los ingresos de los hogares no están manteniendo el mismo ritmo que el crecimiento, la inequidad está aumentando en muchas economías desarrolladas y la última generación de trabajadores será la primera en más de un siglo que verá un retroceso respecto de la situación de sus padres.
En su Panorama Económico semestral, la OCDE sostuvo que según la evidencia, las mejores políticas para hacer frente al problema incluyen una mayor competencia, fortalecer la demanda, reducir los impuestos a las empresas e incrementar la inversión pública en educación e infraestructura.
La OCDE aseguró que las políticas de los gobiernos deben abordar el tema de la desaceleración en el ritmo de crecimiento de la productividad global, que ha estancado los ingresos de los hogares y alimentado una creciente ola de populismo, “amenazando las mejoras en la calidad de vida, la sustentabilidad fiscal y la cohesión social”. El organismo destacó que el crecimiento en la producción por hora trabajada en las economías avanzadas de la OCDE promedió 2% en la década de los ‘90, pero sólo 0,9% entre 2007 y 2014.
A pesar de que la desigualdad de salarios ha crecido menos en los últimos años de lo que lo hizo en los ‘90, la debilidad en el crecimiento de la productividad ha restringido los recursos disponibles para que sean redistribuidos por los gobiernos.
En las regiones donde el desempleo se mantiene elevado y el gasto sigue siendo insuficiente, principalmente en las economías de Europa continental, la OCDE recomienda que las políticas fiscales actúen en conjunto con las políticas monetarias para aumentar las tasas de crecimiento y mejorar el ambiente para la inversión empresarial.
En otras regiones, los autores del reporte se enfocan en los tipos de gasto de los gobiernos que tienden a producir beneficios de más largo plazo, sugiriendo que las autoridades deben hacer de la infraestructura y la educación su prioridad por sobre otras formas de gasto público.
El reporte también destaca las ventajas de reducir los impuestos a las empresas como una forma de impulsar la innovación y la productividad. Para financiarlo, sugiere reducir subsidios, salvo en el caso de los planes de apoyo a la infancia y a familias de bajos ingresos.