Por Demetri Sevastopulo
Hong Kong
Joshua Wong se ve como cualquier otro estudiante universitario en Hong Kong. Vestido con una polera negra y jeans, el joven se preocupa por la poca batería de su Samsung mientras toma un cappuccino.
El estudiante de primer año de 17 años necesita desesperadamente que su teléfono se mantenga encendido. A medida que los activistas han desafiado a Beijing por su controvertido plan de reforma política, él se ha convertido en una de las voces líderes de su generación abogando por la reforma democrática.
Desde que fundó un movimiento estudiantil llamado Escolarismo en 2011 cuando tenía 14 años, ha publicado un libro llamado “No soy un héroe”, anima un programa de radio, escribe una columna y da entrevistas, actividades que consumen su tiempo y su teléfono.
A pesar de que los críticos coinciden en que China no dará marcha atrás, Wong afirma que los estudiantes deberían continuar luchando por mayores derechos.
“La reforma política es el problema central para cada tema”, asegura. Wong no espera que Beijing cambie su visión y permita que gente común y corriente elija candidatos, diciendo que el presidente chino Xi Jinping “no le dará sufragio universal a los ciudadanos de Hong Kong”. Pero él llama a sus pares a continuar la causa.
“Peleamos por nuestra meta sin analizar la posibilidad de éxito”, declara. “Si… uno tiene que considerar la posibilidad de alcanzar la meta, uno no debería involucrarse en el movimiento social o estudiantil”.
Pelear contra el gobierno chino y el gobierno pro Beijing de Hong Kong es una lucha como la de Sísifo, pero Wong ha ganado antes, en una protesta de alto perfil que catapultó al joven a la fama.
En 2012, se convirtió en la cara pública de una campaña masiva en contra del plan del gobierno de Hong Kong de introducir “educación nacional”, un currículum patriótico que según los críticos era un esfuerzo por lavarle el cerebro a la gente local sobre el Partido Comunista. El movimiento obligó a CY Leung, el director ejecutivo, a echar pie atrás.
Castigado por los medios chinos con apodos como “bufón”, él detalla que su ídolo es Wang Dan, uno de los líderes durante las protestas en la Plaza de Tiananmen. Pero Wong asevera que el Escolarismo no quiere el tipo de resultado violento que ocurrió en Beijing en 1989.
“Si los soldados vienen, todos nos iríamos a casa… no queremos ver sangre”, explica.