España y Polonia fueron los últimos países en Europa en caer ayer a un nivel de precios negativo, con lo que la amenaza de la deflación sigue extendiéndose por la zona euro, y poniendo presión al Banco Central Europeo (BCE) para que actúe.
Los precios al consumidor bajaron 0,4% en España en julio, frente a igual mes del año anterior, medidos por un método armonizado con la Unión Europea, su descenso más brusco desde 2009. Los precios descendieron 1,5% en el mes, mientras que la inflación subyacente, que excluye los precios de la energía y los alimentos frescos, fue cero. Según el Instituto Nacional de Estadística, la cifra se explica por la caída en los precios del transporte, las viviendas, los alimentos y las bebidas.
El índice de precios al consumidor de Polonia, por su parte, bajó 0,7% en julio, frente al año anterior, según la medición armonizada con el bloque. Todos los miembros del consejo de política monetaria del banco central de la mayor economía de Europa del este habían previsto una deflación durante el tercer trimestre, pero el mes pasado, el banco central alemán había afirmado que un descenso temporal de los precios no era garantía de una rebaja en las tasas de interés.
Sin embargo, el riesgo de una deflación sostenida ha aumentado desde entonces, luego de que Rusia prohibiera la importación de frutas y vegetales de Polonia y extendiera el embargo de otros productos alimenticios de la Unión Europea.
“La deflación podría continuar en los próximos meses, aunque no se transformará en un proceso de largo plazo”, dijo a Bloomberg el economista de Bank Pekao, Wojciech Matysiak.
En Francia, en tanto, los precios armonizados con la UE cayeron 0,4% en julio, respecto del mes previo. Respecto del año anterior, los precios subieron 0,6%, tal como en junio. A comienzos de mes, el primer ministro Manuel Valls advirtió que había un riesgo real de deflación en la zona euro, impulsado por la debilidad del crecimiento.
En Alemania, la mayor economía de Europa, los precios registraron un avance mensual de sólo 0,3%, y un aumento anual de 0,8%.
Italia, que entró en su tercera recesión desde 2008 en el segundo trimestre, vio caer la inflación a cero el mes pasado, según datos publicados esta semana. Los precios en Portugal bajaron 0,7% en julio, respecto del año anterior, y en Grecia el IPC armonizado descendió 0,8% anual.
Presión sobre el BCE
Las cifras reveladas ayer aumentan la presión sobre el BCE para adoptar acciones adicionales para remover los riesgos de deflación de la zona euro. “Lo que han hecho hasta ahora no es suficiente”, dijo a Bloomberg el economista de Citigroup, Giada Giani.
Según una encuesta de Reuters, existe un 30% de probabilidades de que el BCE se embarque en un programa de alivio cuantitativo (QE, su sigla en inglés) en 2015, ya sea a través de la compra de bonos soberanos o títulos respaldados por activos. En un sondeo entre el 7 y 12 de agosto, los economistas otorgaron un 15% de posibilidades a que el BCE adopte un QE este año.
“Las señales recientes de que la recuperación de la zona euro se está debilitando han intensificado aún más los riesgos de deflación”, dijo a Reuters la economista de Capital Economics, Jennifer McKeown.
El temor de los economistas es que la deflación cree un espiral bajista de bajo crecimiento y deflación continua, al alentar a los consumidores a retrasar sus compras con la esperanza de que los precios bajen aún más.
Sin embargo, el presidente del banco central alemán, Jens Weidmann, restó importancia al bajo nivel de inflación, que atribuyó al impacto de la caída de los precios de la energía y los alimentos, sumado a la apreciación del euro y los ajustes realizados por países como España o Grecia.
“No nos encontramos en un escenario de deflación autosostenida en el que los consumidores decidan aplazar sus compras”, afirmó el presidente del Bundesbank.
Los analistas encuestados por Bloomberg esperan que la oficina de estadísticas de la Unión Europea, Eurostat, informe hoy que el IPC de julio bajó 0,6% en julio en la zona euro, respecto de 2013. Frente al mes anterior, la inflación se mantendría en 0,4%, tal como en junio, su menor nivel desde octubre de 2009.
Tras seis años de recesión, Grecia se acerca al final del túnel
Grecia se contrajo a su ritmo más lento en casi seis años, lo que se suma a señales de que el país saldrá este año de su recesión más profunda en medio siglo.
El PIB retrocedió 0,2% en los tres meses a junio, frente al mismo período de 2013, completando 24 trimestres consecutivos de contracción, después de caer en un revisado 1,1% en el trimestre previo, informó ayer la Autoridad de Estadísticas Helena.
La contracción es la menor desde el tercer trimestre de 2008.
"Hemos tenido una tendencia de largo plazo positiva", dijo a Bloomberg el economista senior para Europa de Berenberg Bank, Christian Schulz. "Si la confianza puede ser lo suficiente como para impulsar a Grecia de vuelta a un crecimiento sólido ahora es una pregunta abierta".
Los seis años de recesión de Grecia han sido profundizados por los recortes de gastos ligados a los préstamos por US$ 321 mil millones de la UE y el FMI, que han demandado reformas estructurales a cambio de rescatar las finanzas públicas del país. La caída le ha costado a Grecia cerca de un 25% de su PIB y dejó al país con un desempleo de 27,2%.
Lamentablemente, la recuperación de Grecia podría ahora frustrarse, a medida que toda la región da señales de renovada debilidad debido a la crisis en Ucrania.