El bajo dinamismo de la actividad y el estancamiento de los precios ha extendido el fantasma de la deflación en las principales economías del mundo. Pero, mientras la mayor economía del mundo comienza a cobrar fuerza, Europa se está quedando sola en la zona de peligro.
Los precios pagados a las fábricas y los productores de servicios en Estados Unidos registraron en abril su mayor avance en más de un año y medio, lo que indica presiones inflacionarias en algunos sectores.
El Departamento del Trabajo informó que el índice de precio a los productores (IPP) subió 0,6%, lo que se suma al alza de 0,5% registrada en marzo. La lectura del mes pasado no sólo fue la mayor desde septiembre de 2012, sino que también superó las estimaciones de los analistas. En términos anuales, los costos crecieron 2,1%, la mayor ganancia en casi dos años.
La subida estuvo impulsada por los precios de los alimentos, que treparon 2,7%, el mayor salto desde febrero de 2011 y el cuarto incremento consecutivo. Los costos de las carnes lideraron en esta categoría al alcanzar su mayor aceleración en más de diez años.
Los precios de la energía se elevaron 0,1% luego de un retroceso de 1,2% en marzo.
El dato global probablemente aliviará la preocupación de algunos miembros de la Reserva Federal que han advertido sobre el bajo nivel de los precios y que quieren que el indicador se acerque a la meta de 2%.
La “tendencia no es amenazante mientras sea gradual y se mantenga por debajo de los objetivos del banco central”, comentó a Bloomberg Markus Schome, economista jefe de Pinebridge Investments. El experto advirtió que “el paso desde un aumento en los precios a los productores hacia un incremento en los precios a los consumidores usualmente tarda un poco de tiempo”.
Precios estancados
Si bien el costo de la vida se elevó en las principales economías europeas, las variaciones durante abril fueron mínimas y el indicador aún está lejos de la meta del Banco Central Europeo cercana a 2%.
La Oficina Federal de Estadísticas de Alemania anunció que, por primera vez en el año, los precios al consumidor repuntaron al subir a un ritmo anual de 1,3%. El índice armonizado de la Unión Europea se ubicó en 1,1%.
En tanto, el IPC armonizado de Francia fue de 0,8%, tasa menor a la expectativa de 0,9%. Por su parte, los costos en España volvieron a terreno positivo tras una variación anual de -0,2% en marzo. El mes pasado la inflación armonizada llegó a 0,3%.
Todas estas cifras intensifican los temores respecto de que la inflación en la zona euro sigue estando peligrosamente baja, lo que llevaría al BCE a tomar medidas extraordinarias en su reunión de junio para evitar que el bloque caiga en una deflación. Reuters informó ayer que el organismo baraja aplicar un recorte en todas sus tasas, conceder créditos a las PYME e implementar una nueva operación de préstamos a largo plazo.