La campaña anticorrupción y especialmente la brusca desaceleración del sector inmobiliario habrían provocado un mayor enfriamiento de la economía china durante el tercer trimestre hasta su menor nivel en cinco años y medio. De ser confirmado esta noche, el dato será una nueva preocupación para los mercados globales, luego de que la semana pasada los temores sobre la zona euro causaran fuertes caídas en las bolsas mundiales.
Los economistas sondeados por Bloomberg estiman que el PIB chino se expandió 7,2% entre julio y septiembre, el ritmo anual más lento desde comienzos de 2009, cuando subió 6,2%. Durante el segundo trimestre, la segunda economía del mundo registró una expansión de 7,5%.
Gran parte de esta ralentización se explica por el menor dinamismo de la industria de los bienes raíces, donde los precios de las viviendas han descendido a su ritmo más acelerado desde que se tienen registros, situación que no ha sido capaz de detener la caída en las ventas.
El valor de las propiedades retrocedió en 68 de las 70 ciudades monitoreadas por el gobierno en agosto, la mayor cantidad desde enero de 2011 cuando el Ejecutivo modificó la manera en que compila la información.
La compra de viviendas declinó 10,9% en términos de valor en los primeros ocho meses del año frente a un año antes, mientras que las transacciones en términos de volumen bajaron 8,9%, según la Oficina Nacional de Estadísticas.
En tanto, la inversión en el sector se desaceleró desde 13,7% entre enero y julio a 13,2% entre enero y agosto. Yao Wei, economista jefa para China de Société Générale, cree que el desembolso en la industria seguirá disminuyendo probablemente hasta 5% anual, un nivel sólo visto durante 2009.
Si bien el primer ministro Li Keqiang se ha abstenido de aplicar un amplio paquete de estímulo, sí ha adoptado medidas específicas. De hecho, a fines de septiembre, Beijing flexibilizó las restricciones de compra de propiedades por primera vez desde la crisis financiera.
Menor meta para 2015
En medio de este contexto, los analistas prevén que China recortará su meta de crecimiento a cerca de 7% para el próximo año, lo que se traduciría en la menor expansión desde 1990.
Trece de los 22 expertos encuestados por Bloomberg aseguraron que el país fijará una meta de 7%, lo que se compara con el objetivo de cerca de 7,5% durante 2014. 16 especialistas afirmaron que las autoridades deberían modificar su política de meta, con nueve señalando que un rango sería mejor y siete sugiriendo que las metas debían ser eliminadas en favor de proyecciones o suposiciones de crecimiento, como lo hacen la mayoría de las otras naciones.
"Fijar 7,5% para este año le dio a Beijing muy poco espacio para la reforma y el desapalancamiento", comentó Yao a Bloomberg.
"Las recientes conversaciones de las autoridades enviaron fuertes señales de que la meta de expansión es menos importante siempre y cuando el mercado laboral sea estable. Eso sugiere que se está formando un nuevo consenso entre los líderes respecto de que una mayor desaceleración debería ser tolerada", explicó.
La economista espera que el rango se ubique entre 7% y 7,5%, ya que "no hay indicaciones" de que un ritmo por debajo de 7% sea aceptable. Por su parte, Ting Lu, jefe para la Gran China de Bank of America, sostuvo en un informe que "dadas las actuales condiciones, ya es claro que es casi imposible lograr el crecimiento de 7,5% este año y el potencial de crecimiento continuará moderándose en 2014. Por esto mismo, muy probablemente el gobierno elegirá una meta menor de 7%" para el próximo ejercicio.
Ting calcula una baja probabilidad de la aplicación de un rango, ya que la expansión anual podría no caer en la mitad del rango y Beijing no quiere fallar. Además, las agencias gubernamentales deben hacer los presupuestos basándose en la meta del PIB, lo que se complicaría con un rango.

En un par de años India podría superar a China
Es menos vulnerable que otros emergentes al negativo entorno exterior.
En medio de los temores a una desaceleración de la economía global, India aparece como uno de los pocos países que podría beneficiarse.
A diferencia de otros grandes emergentes, puede aprovechar los menores precios de las materias primas (principalmente del petróleo), que representan más de la mitad de sus importaciones pero sólo 9% de sus exportaciones. Además, en contraste con China, la tercera economía de Asia no sufrirá mucho por la caída en la demanda global de bienes manufacturados, ya que su sector exportador es relativamente pequeño. Los precios más bajos de los commodities harían descender la inflación, lo que a su vez provocaría una disminución en las tasas de interés que alentarían la inversión local. Combinados, estos factores generan efectos "inequívocamente positivos", según un informe de Deutsche Bank citado por Financial Times.
Los economistas del banco alemán creen que en un par de años el país podría superar a China como la economía de crecimiento más acelerado a nivel mundial.
Esta perspectiva es reforzada por las acciones que está tomando el primer ministro Narendra Modi, quien la semana pasada anunció las esperadas reformas para liberalizar el mercado laboral.
En los últimos años, el PIB se ha desacelerado a un promedio anual cercano a 5%, pero una recuperación en el ciclo económico indio podría llevar esa tasa a 7%, estima Rajeev Malik, economista senior de CLSA. "El mayor éxito de Modi sería llevar el crecimiento a un 8% en forma sostenida", explica.