La historia de Eike Batista está estrechamente ligada a la de Brasil. En 2008, cuando prometió que en cinco años llegaría a ser el hombre más rico del mundo, encarnó mejor que nadie el auge que había vivido el país y el rápido ascenso de los sectores pobres a la clase media.
Su posterior caída, tras perder US$ 30 mil millones en apenas dos años, fue un reflejo del exceso de confianza y la desaceleración que sobrevino después y que ha mantenido a la economía en el estancamiento.
Ahora, mientras espera que comience posiblemente mañana el juicio en su contra en Río de Janeiro, los fiscales quieren convertir su caso en un ejemplo para combatir un delito que está ampliamente extendido en el país: el uso de información privilegiada.
Batista, que está acusado de vender acciones de sus compañías antes de que informara a las autoridades sobre los problemas financieros que afectaban al grupo, podría ser el primer empresario brasileño en ir a la cárcel por esta causa desde que la ley que sanciona esta práctica fue aprobada en 2001, y arriesga una condena de trece años.
Todo se filtra
Tan sólo en 2013, el comité de auto regulación de la bolsa detectó 91 mil transacciones sospechosas que reflejaban cambios injustificados en los precios o los volúmenes de las acciones. La Comisión de Valores Mobiliarios (CVM), la principal autoridad que rige el mercado brasileño, resolvió, sin embargo, en sólo diez casos. Este año, se ha pronunciado acerca de tres situaciones.
Y las multas, además, son bajas. De los 57 procedimientos que la CVM condujo entre 2006 y 2013, las sanciones fueron inferiores a US$ 160 mil en 50 oportunidades.
Incluso durante la reñida elección presidencial en octubre, los mercados subían y bajaban movidos por datos que se filtraban de las encuestas antes de que se publicaran.
"El uso de información privilegiada está claramente muy extendido en Brasil y como inversionistas seríamos ingenuos si no lo creyéramos así. Hay un patrón consistente de filtración" de la información, dijo a Bloomberg, David Riedel, presidente de Riedel Equity Research. "Pero el problema no son las leyes, el problema es que no se aplican".
Martha Stewart de Brasil
Por eso, ahora las autoridades brasileñas quieren utilizar la fama de Batista como una de las figuras públicas más reconocidas del país para enviar una fuerte señal a todos los operadores del mercado. "Castigar a un personaje de alto perfil, como se hizo en Estados Unidos con Martha Stewart, envía un mensaje", dijo Riedel, en referencia a la famosa presentadora de televisión que en 2004 fue enviada a prisión por los mismos cargos.
El juez encargado del juicio será Flavio Roberto de Souza. Aunque es el primer caso de uso de información privilegiada que conduce, confía en que se podrá alcanzar un veredicto a comienzos del próximo año.