Conducción de la pandemia ¿todo bien... todo mal?
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La pandemia ha sido un gran desafío mundial y se pueden hacer comparaciones sobre el desempeño de los países. Chile se puede comparar con OECD y países de LATAM. En recursos en salud estamos muy abajo del promedio OECD y de Austria, Bélgica, Canadá, Francia, Alemania, Holanda, Noruega, Suiza y EEUU y por encima de Colombia, Costa Rica, México.
En resultados, Chile tiene 8.669 enfermos por 100.000 habitantes y OECD 8.392; tenemos una tasa de contagio mayor que Brasil, Canadá y Nueva Zelandia y menor que Alemania, EEUU, Uruguay, UK y Francia. En fallecidos tenemos 1.739/1.0 millón habitantes y OECD 1.285; y tenemos una tasa de fallecidos por millón de habitantes mayor que Francia, Uruguay, Alemania, Israel, Canadá, Nueva Zelandia y menor que UK, EEUU, Brasil y Hungría. En exceso de muertes, tenemos 2.138/1.0 millón de habitantes y OECD 1.499; tenemos más muertes en exceso por millón que UK, Israel, Noruega y Australia y menos que EEUU, Brasil, México, Perú y Bulgaria.
En general no estamos ni en los mejores ni en los peores lugares en los ranking mundiales, lo que refleja el manejo de la pandemia por el gobierno con aciertos y errores. En los aciertos se inicia el trabajo en enero 2020 para enfrentar el Covid, en marzo se decreta alerta sanitaria y luego para optimizar uso se hace un manejo coordinado de las UCI públicas y privadas. Se abren negociaciones con países para asegurar equipamiento, insumos y vacunas de diferentes continentes y se establecen corredores para obtenerlos segura y oportunamente. En 2020-2021 se llegó a cerca de 4.500 camas UCI , 4 veces que las de 2019. Mas test PCR realizados que todos los países de América Latina, superados en tasa por 1.000 habitantes por EEUU-Italia-UK-Dinamarca. Disponemos de vacunas a inicios 2020 y hoy el 83% de la población tiene dosis completa y 70% con dosis de refuerzo (primer país del mundo en alcanzar este resultado); esto ha sido posible también por un sistema de salud con cobertura nacional, con cultura para enfrentar epidemias y población dispuesta a vacunarse.
En los déficit, se inicia una política centralizada en exceso en el MINSAL con poca interacción con alcaldes, autoridades regionales y colegios profesionales, produciéndose mucha controversia que debilitó la conducción y la credibilidad de la autoridad para lograr mejores resultados en las estrategias de restricción de movilidad, cuarentenas y descentralización de planes de prevención y vacunación: cambio de ministro. Más adelante se intenta revertir este estilo reforzando la descentralización y las instancias de participación, se logra posicionar la APS, y no se consolidan ni influyen las instancias de participación en los diseños de las estrategias. Grave error de diagnóstico al subvalorar la urgencia y el impacto económico, social de la pandemia que afectó la eficacia de las estrategias sanitarias, con respuestas insuficientes y tardías a la población y Pymes, impidiendo así iniciativas populistas para financiar los déficit financieros con ahorros de los propios trabajadores. En lo sanitario insuficientes estrategias de educación y prevención para la conciencia de riesgo y uso de medidas preventivas y/o educación, a veces en contradicción con acciones del plan paso a paso. En parte 2020 se redujo la acción de la atención primaria con menores resultados en reducir contagios y fallecimientos.
Pocos espacios y recepción a la crítica sobre propuestas de políticas públicas, discutiéndose éstas en la prensa con escasos resultados.
El balance hoy es mediano en comparación con otros países, sin embargo dada la magnitud de la crisis y que no ha terminado, falta tiempo para un balance más completo y lo tendremos cuando analicemos al final de la pandemia y en forma comparada, los indicadores claves sanitarios, económicos educacionales y sociales; y midamos los costos ocultos, lo que se dejó hacer por el covid19 y su impacto en los enfermos crónicos y exceso de muerte.